A José Zegarra Mariñas
Por: Consuelo Lezcano Ruiz
Al atardecer de un friolento mes de mayo, teñido con sus nubarrones de incertidumbre y temor, por esta voraz pandemia que nos asecha y nos sumerge en profunda y constante melancolía, partiste al más allá… dormida tu conciencia, alejándote de este mundo poquito a poco…, y nosotras tus hermanas mayores, compañeras de ruta, sin poder estar a tu lado en tan supremo trance; hubiésemos querido tener alas de paloma para volar hasta tu cama de hospital y conteniendo la inmensa pena que atenaza nuestros pechos coronar tu frente amada con las cuentas de un silente rosario…,diciéndote muy quedito al oído lo infinitamente grande y bueno que fuiste para nosotras, para tus pacientes y compañeros de trabajo en general, del pequeño hospital de EsSalud, pero grande en amor y humanismo por el heroico y ejemplar servicio de sus trabajadores como lo fuiste siempre tú.
En vertiginosa cascada llegan a nuestra memoria uno y mil recuerdos de aquellos años 80 en que te recibimos con gran alborozo, cuando venías del hospital de Chimbote cargado de una gran experiencia como Enfermero Anestesista, labor que la continuaste con alta eficiencia, por varios años más para después cumplir otras labores asistenciales, siempre con ese espíritu solidario, ético y ejemplar en este hospital de EsSalud Cajamarca, suelo andino donde asentaste las raíces de tu hogar, con tu fiel compañera Dorisita y tus retoños Edgar, Eduardo, Rocío y Karim, sin duda, para estar más cerca a tu amado sucre, donde floreció tu hermosa existencia,
En tu bien ganado retiro continuaste cargando con admirable estoicismo y cristiana humildad la pesada cruz de tu dolencia física. cayendo y levantando una y otra vez como el Cristo Nazareno… hasta que llegó el momento en que fuste llamado para dejar este mundo y resucitar a la vida eterna como Dios nos prometió.
A tu viuda, a tus hijos y familiares los reconfortamos no solo aunándonos a su pena, sino diciéndoles que José, Pepito como lo tratábamos amicalmente, allá en la eterna gloria donde ya se encuentra, querrá que los suyos sean capaces de trascender el dolor y vivir con tesón y fe su paso por este mundo, siguiendo el gran legado que nos deja este ser infinitamente noble, bueno y ejemplar.
Pepito, querido, amigo de toda la vida, descansa en paz.
Cajamarca, 07 de mayo 2021.