Por: Carlos Cerdán Moreno
Samuel Osorio Pretel ha partido. Estuvo varios días batallando por su vida, pero la pelona finalmente decidió llevárselo y dejarnos su recuerdo. Han pasado ya muchos años desde que lo conocí... y es menester dedicarle unas palabras.
En 1999 tuve el gusto de compartir ámbito de trabajo con los "cashpamishos", la segunda generacion del equipo del Área de Competitividad Rural del CEDEPAS en Chetilla (La primera generación fue el equipo de "Tierras Altas")
No recuerdo por qué se llamaban a sí mismos los cashpamishos (un juego de palabras quechuas); pero si recuerdo que era un equipo muy chévere: los dos "Shamucos" (Samuel Osorio y Samuel Sifuentes), Marco, Hernán, Víctor, José Luis, Markus y también otros cooperantes suizos, quienes íbamos a ejecutar algunos proyectos de desarrollo rural en Jamcate, Mahuaypampa, Shinshilpampa, Llullapuquio, etc. Shamuco Osorio estaba a cargo de la instalación de microreservorios, el otro Shamuco veía los aspectos de atención y mejoramiento de ganado, los otros el mejoramiento de cultivos y pastos, fortalecimiento organizacional, etc. Yo tenía a cargo un pequeño canal de irrigación.
Como nos íbamos "de quedada", es decir, íbamos por varios días a la semana y nos quedábamos a dormir allí, todos teníamos que apoyarnos en nuestra estadía en la casita que se tenía alquilada y, si era necesario, turnarnos para apoyar a hacer el almuerzo. Con sus instrucciones, aprendí a cocinar arroz (los primeros me salieron horribles) y me deleité con el ceviche de pollo y otros platillos rápidos que nuestro multifacético Shamuco Osorio sabía preparar bien.
Algunas tardes quedaba tiempo para un momento de esparcimiento con los profesores y también con el personal de salud, con quienes jugamos disputados partidos de voleyball o también alguna velada de talentos, en la cual el profesor Richard "sacaba cara" por los profesores y nuestro Shamuco por el CEDEPAS y entre ambos alegraban la noche a ritmo de guitarra, o también todos contábamos las anécdotas del día. Como el de la "chispa" era Shamuco, si él estaba presente, entonces la reunión era muy amena.
No recuerdo que alguna vez se haya enojado con alguien; siempre tenía una sonrisa a flor de labios y su trato era agradable. Con solo dirigirse a mi con un "Carlangas, fíjate que..." ya me estaba haciendo sonreír.
Así lo recuerdo a nuestro cashpamisho Samuel Osorio, un multifacético ingeniero agrónomo de franca sonrisa con quien pasé gratos momentos en mis primeros años como profesional.
Muchas gracias por tu amistad, Shamuco. Te extrañamos.
Cajamarca, 08 de febrero de 2021.