DOS ARTISTAS EN LA CIUDAD ETERNA
Por: Socorro Barrantes Zurita
JUAN HERNANDO BECERRA SUÁREZ
Era un hombre sencillo como los verdes prados de
Jangalá, uno de los centros poblados de su Llapa eterna, donde hubiese querido
descansar, cerquita a los Cinco Arcos, a los que llega Jesús Nazareno Cautivo,
en su procesión de fiesta patronal. Al ladito está el cementerio llapana, donde
deben descansar sus mayores. Nació allí, estudió los primeros años, seguramente
en la Escuelita en la que comenzó a conocer el arte, compañero de sus afanes
cotidianos. Cada celebración solemne del Cautivito, (así cariñosamente lo
llamamos los llapinos de nacimiento o de herencia) le mostraban las fotografías
de los héroes de su distrito, en el Salón Consistorial de esa municipalidad, tan
pequeña como una gota del puquial, que abastece de agua cristalina, a caminantes
y llegados por esas tierras del Señor Cautivo. Inflamó su espíritu de aquel
ejemplo y decidió ser inolvidable como ellos. Fue ARTISTA de diversas lindes:
pintor, escultor, periodista, historiador, poeta, escritor, maestro artesano,
ferviente devoto de su Cautivito, quien es el que guía los caminos de los
descendientes del dios Illapa. El anhelo de los provincianos es bajar a la
ciudad de la capital departamental o migrar más allá, a la Costa y en no pocos
casos, al extranjero, para “estudiar y ser alguien en la vida”. Después vamos
añorando en sueños, a nuestro pueblito donde nos nació la vida, pero de regresar
a él ni pensarlo. Don Juan, ya residente en Cajamarca, uno de esos buenos años
de celebración del Señor, compuso el himno a su Llapa poniendo la mente y
corazón en sus divinas manos. Trabajó denodadamente como Director del Centro
Artesanal de Cajamarca, siguió escribiendo poemas y tantos escritos, tallando
esculturas, pinturas, artesanías, las que quedan en manos de hijos y nietos, un
valioso legado artístico, serán ellos los que pongan en valor su tesoro.
Mientras yo, lo recuerdo, expresándole mi gratitud, fue uno de los pocos
llapinos que se dignó colaborar con nuestra revistita ILLAPA. Gracias Don
Juancito su memoria es eterna.
ANTHONY EDWARD VELÁSQUEZ CHÁVEZ
Un gran profesor, se ganó el cariño de alumnos,
amigos, del pueblo cajamarquino. Cuánto dolor se siente al perder a un ARTISTA
multifacético, cuya humanidad y valores son muestra de su grandeza. ¡Profesor a
carta cabal! Nos deja su ejemplo, su paciente cariño a esta tierra, en que
desgranó sus días como pintor, escultor, escritor enseñador de teatro, danzas,
por ello, danzarán pañuelos de arco iris, despidiéndolo de este mundo. Su misión
de Educador de arte y cultura, su expertiz en danza, alegró tantos momentos, hoy
es fúnebre danza hasta el infinito. Queda escrita en la pizarra del tiempo, su
historia de fe y enseñanza. Su figura bondadosa, risueña, tierna, paseará en
nuestros mejores recuerdos de gratitud y añoranza. Leyendo los mensajes de adiós
y sentimiento, de alumnos, amigos, colegas, entidades, familia, nos hacen ver
que hemos perdido a un inolvidable ser humano, que no abundan en la tierra. Se
va profesor, su lucha de quince días no será en vano. Usted seguirá viviendo en
la semilla que ha de germinar bonito, en sus hijos, nietos, alumnos, amigos. El
ARTISTA ANTHONY VELÁSQUEZ CHÁVEZ traspasará el olvido, la muerte, en la herencia
bendita que un verdadero MAESTRO deja a la posteridad.
Cajamarca, 11 de febrero 2021.