Carta a Elvia

 

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Por: G. Guillermo Silva R.

Mi siempre recordada mamacita,

El 3 de junio es el día de tu onomástico, estaríamos juntos (no en el Programa Juntos), de no haber sido porque estaba escrito estarías al otro lado de la vida para reencontrarte con los escasos miembros de la familia que podrían estar contigo en el Cielo. Uno de ellos, es el Tío Javier, quien tenía el corazón tan grande como la campana que desapareció de la torre de la iglesia San Nicolás de Tolentino en Cajabamba.

En esta fecha de recuerdo, quisiera describirte “grosso modo”, lo que acontece en tu pueblo que tanto amabas. Pues, surgió hace algún tiempo una banda de facinerosos que buscaban inmuebles y terrenos desocupados o que los propietarios estaban fuera, para que de una manera impresionante y misteriosa, más grande que el Arca de Noé, con todo los animales adentro, incluyendo pirañas, tiburones, aves de rapiña y otros, se apropiaban y después olímpicamente lo vendían en su mayoría, sin poder recuperar tu bien.

Con tu casita que tanto estimabas, y que tu preocupación la tengo grabada en mi mente, quisieron hacer lo mismo en complicidad con Betizaida quien radica en Lima y otros “familiares” que tú conoces, algunas ya están gozando de su líder Lucifer, o tal vez Satanás, pero otros aún quedan por acá. El abogadillo, tinterillo, quien asesora, más conocido como caracol, roedor (rata) y sobre todo estafador, vive como “rico” sin el sudor de su trabajo, sino por sinverguenza, en este valle de Condebamba, perdón, valle de lágrimas, para la mayoría de nuestra gente. Y acá no pasa nada, por la complicidad de algunas “joyitas” por los puestos que ostentan como autoridades y que además se llevan su “alita”. Incluso te proponen: podemos negociar, o también, podemos conversar bonito. El “doctor en leyes” no declara nada a la Sunat. La próxima vez, lo llevaremos al mar y por celo habrá desaparecido.

Imagínate madre querida, que hay familias que dejaron sus propiedades, porque todavía tenemos que emigrar a otras ciudades en busca de trabajo; y cuando regresan se dan con la sorpresa que ya no es de ellos y que todo está “legal”. Tú amiga Georgina, quien radica en Trujillo, ha tenido que transcribir con letras enormes en su puerta: “Esta propiedad no se vende, cuidado con los estafadores”. A ese nivel hemos llegado, en este siglo XXI, en el cual deberíamos estar viviendo como seres humanos pensantes y en paz.

Cajabamba (Cajamarca), Perú.

La buena noticia “viejita” linda es que probablemente cambie el destino de nuestro folklórico y maltratado país. Ya es tiempo de que la dinastía, la corrupción, el abuso, la miseria humana terminen. No merecemos vivir pobremente. Solo un grupo de mercaderes y sus seguidores hacen y deshacen de nuestro país. Nos cuestionamos si el Perú seguirá nuestro todavía.

Elvita, recibe un fuerte abrazo por este día y saluda de mi parte a nuestro líder Jesús. Tu hijo que te quiere y recuerda,

Gamo

G. Guillermo Silva R.

25/05/2016 actualizado 02/06/2021

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