ABRAZO ETERNO, VIEJITO LINDO
(2002 - 26 enero - 2022)
MI PADRE UN ZAPATERO…
Jorge Luis Roncal Rodríguez
¿Acaso no hacía milagros con el diablo, la lezna, el martillo, la escofina
Cada vez que el suscrito aparecía con las tabas destrozadas de tanto darle a la pelota?
Pero no solo era zapatero sino también jardinero:
Girasoles, dalias, azucenas en el frontis de la casa que regaba incansable
Inventando mil formas de cerco para evitar que los palomillas se metan
y reposen la tranca debajo del arbolito del centro.
Y por allí, agricultor y de los buenos: papayos, parras, tomates y más
Abrigaban los inviernos con la magia de su sombra
Y los apuros de la Chabuquita para parar la olla y los postres de ley
Era enfermero: con su agua oxigenada, gasa, esparadrapo, y demás insumos
Al toque se apuntaba para curar las mil heridas que uno se hace de chibolo.
Además, médico natural: un libro viejito pero bien cuidado sobre las mil ventajas
Del limón, el ajo y la cebolla eran su biblia, aunque esto no le impedía nunca
Exigir, rogar, pagar precio a mi viejita por el mejor lomo saltado del mundo.
No solo eso: cuanta madera nueva o vieja, propia o recogida del camino
Terminaban como parte de mesitas, sillas, bancos, cajones, y los mil muebles que inventaba
¿Eso nomás? Nada que ver. Era un contador no colegiado.
Recuerdo clarito cuando cada fin de mes se sentaba
A la cabeza de la mesa familiar –sitio que no negociaba con nadie-
Con papel y lapicero y hacía sus cuentas en largas sumas y restas interminables
Para estirar el mísero sueldo de policía y cubrir no solo el richi
Cuadernos y libros de colegio, una que otra ropita de tanto en tanto
Y los remedios caseros para la salud infaltables en los hogares humildes
Sino también los servicios tan injustos y abusivos como hasta hoy
Y los préstamos para edificar la casita con un plano que tenía en la cabeza
Donde metió mano desde las primeras zanjas en los 50 hasta el balcón del tercer piso
En los 70 cuando ya este pechito andaba inquieto de tono en tono
De partido en partido, de versito en versito escritos a escondidas
Eso nomás? Na’ que ver. También dirigente vecinal y de los firmes:
Conservo clarito la asamblea en la salita de la casa
Cuando al final de la construcción de pistas y veredas
Devolvió vecino por vecino hasta el último céntimo del saldo que aportaron
O su figura altiva en primera fila para ladrillo por ladrillo o madera a madera
Impulsar la construcción del cole Chimpu Ocllo en el barrio sanmartiniano
Ese fue mi viejo, mi adorado Chispas o Chispeo, de risa kilométrica
O llamadas de atención con un solo gesto
O sacadas de ancho merecido como cuando me pescó en falta
Luego de dos meses de faltar al cole a la edad en que el mundo
Para mí era una redonda de cuero y veinticuatro paños
Sí, el mismo que por su chamba había custodiado en El Sepa o El Frontón
A tigres de la izquierda de esos tiempos, hablo de los sesenta
Como Hugo Blanco, Lucho Nieto, Genaro Ledesma y siguen firmas
Quien más iba a ser sino el mejor padre del mundo acerado por la vida
El viejo cajabambino ducho en sortear mil peripecias
Que no pudo evitar el llanto al ver tras los barrotes de la dictadura
A este dizque poeta y activista en uno de sus “accidentes de trabajo”
El mismo que ahorita luego de veinte años extraño más que nunca
Acariciar sus cabellos plateados y reír a carcajada limpia
Como lo hacíamos con frecuencia en sus últimos tiempos
Con la complicidad y la gracia de eterno padre-amigo-camarada
A quien allí donde esté estrecho en un abrazo interminable
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Fuente: Facebook de Jorge Luis Roncal Rodríguez.