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MI RECUERDO DE ALFREDO MIRES ORTIZ

 

Ulises Gamonal Guevara

Nos conocimos en Cajamarca en la promoción del Arte Rupestre en la década de 1980, he tenido oportunidad de informarme sobre el inmenso trabajo que efectuó en la recopilación de la oralidad en toda la región Cajamarca, la promoción abnegada de las Bibliotecas Rurales a través de LA RED. Antropólogo autor de decenas de ensayos y obras ligadas al quehacer cultural de la identidad regional cajamarquina.

Hemos participado en foros de Arte Rupestre en Cajamarca y Trujillo, junto con Dolores Ayay, Luis Cerna, Julio Sarmiento y otras personalidades de la Investigación.

Recuerdo la visita guiada e intensamente emotiva a las pinturas rupestres de Callacpuma que los ha perennizado en 4 volúmenes, el pagapu que realizamos cerca de Huairapongo, el intercambio de las experiencias culturales en Cumbemayo, su visita a mi domicilio en Jaén y el inolvidable caminar a las pinturas rupestres de Faical, le impactó cuando un poblador me obsequió una piña gigante quizás sería como "tapia", Alfredo se emocionó, quería comprar un ejemplar igual para llevarla a Cajamarca con su expedición y quizás perennizarla en una réplica por los maestros escultores de Porcón, era única. Con profundo aprecio en presencia de los vecinos de FAICAL lo transferí al ilustre visitante, fue como despedida, tenía noticias que estaba en Jaén promoviendo la Red de Bibliotecas Rurales tanto en la I.E. Sagrado Corazón y el IESPP "Víctor Andrés Belaúnde", no nos volvimos a ver.

Sorpresivamente poco tiempo atrás, la docente Sara Moreno, me hacía entrega de un voluminoso tomo del Arte Rupestre en la Región Cajamarca con abundante información de Jaén y San Ignacio, dedicaba: "A Ulises, recordando la piña gigante de Faical".

Poco tiempo después, me visitó un joven bachiller de Arqueología que anhelaba elaborar su tesis de Arte Rupestre en San Ignacio, Jaén y Chota... me solicitó apoyo con bibliografía para elaborar el marco teórico, le presté varios libros entre ellos el de Alfredo Mires, el muchacho se hizo humo.

Hoy por la madrugada rogué por la salud de Alfredo, posiblemente se encontraba en los estertores del viaje a la eternidad, humildemente sigo rogando por él, que su espíritu se perennice en cada lector y promotor de la Red de Bibliotecas Rurales y el proyecto se fortalezca con el surgimiento de millares de Alfredos de poncho y sombrero.

Alfredo extiendes la mano desde los Frailones

converso contigo en la parte vistosa de Faical

surcas el Yawarmayo tétrico,

eres Wayrac Mallqui

eres atun Wayrac Cámac Catequil

eres Tayta, Amauta, Apu

que palpitas en cada guagua naciente.

 

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