Semblanzas - In Memoriam

 

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IN MEMORIAM

CANTARES DE MUJER

MANUEL IBÁÑEZ, TRISTÁN RAVINES, PARTIERON UN 2 DE JULIO

 Socorro Barrantes

Caminar hacia el Hospital Rebagliati, subir al octavo piso, si mal no recuerdo, tomar las manitas de Manuel, despedirme, hurgando en la inconciencia, las últimas horas de la tarde y de su vida fecunda, solidaria, henchida de humor y sabiduría ¿cómo no echarlo de menos y sentir su ausencia?

Treinta y cinco años en el cristal del recuerdo y sin embargo habitando nuestra memoria sin olvido.  Lo vemos caminar por la Plaza de Armas, siempre con un libro, un periódico, un momento bajo el brazo.  Mirar su figura en la mesita del Salas, beber ese café sensitivo con Santiago Aguilar, con amigos de la Triple A, con un nobel escritor o con algún parroquiano conocido. Todos éramos sus amigos. Diagramaba el día con la tinta indeleble de sus aficiones, dudas, aciertos, de su andar calmado.  Entonces. recita sus versos, desde la ventana del mes de julio que acaba de abrir sus pétalos este año.  Nacen, otra vez, las flores de Cajamarca, la rosa encendida de su faz y la tenue violeta de su ausencia y canta un quinde apurado en un enquistado friso de la Catedral.  Martilla el tiempo el reloj, descolgado en la hornacina de Belén y entonces nos mira echándole una copla al viento, que la lleva por todas las distancias.  Lo vemos pasear en la UNC, conversando amenamente con Carlos Esparza, Fransiles Gallardo, Bethoven Medina, Santiago, Luzmán, González Viaña, Jorge Díaz Hererra, Pablo Sánchez.  Tres de los nombrados han partido y estarán tomando un café rotundo en el mismo cielo, preparado por el propio Salas (padre) y su hermosa Etelvina. Dicen por ahí, que preparan los banquetes de la gloria eterna. Esta tarde también se ha reunido con Haya de la Torre y los apristas sinceros, han visto con malos ojos la política actual en el Perú y se han tomado sendos tragos, terminando en un jolgorio de Padre y Señor mío. Ha sacado sus maravillosas cucharas y como nunca la guitarra, el cajón han sonado con la bendición de la corte celestial y algunos paparazis del averno. Animados todos han cantado, bailado y comido unos angelitos fritos deliciosos, con la seguridad que aquí en la tierra los estamos recordando, con infinito admiración, cariño, para siempre.

 Tristán Ravines Sánchez, era callado, acucioso investigador de la realidad de Cajamarca en diversos aspectos que han quedado en el pensamiento, libros, escritos y corazón de esta tierra.

Caminaba con pausado paso, mirando, descubriendo tesoros, pensares, lugares, momentos, documentos, testimonios sobre los cuales escribió, guardó, ordenó en un entrañable museo, en el que día y noche trabajó con persistencia hasta dejarlo muy avanzado con ayuda de su compañera, propio esfuerzo y recursos.  Mayormente las entidades culturales lo fueron olvidando, sin recibir el apoyo necesario y oportuno para la consolidación de ese museo soñado por casi toda una vida.

Trabajó por muchos años en la Casa de la Cultura de Cajamarca, nombre tan bonito que me parece lo puso José María Arguedas, nombre cabal para los objetivos que la crearon, que diferente hoy a la entidad desconcentrada de cultura.  En esta casa ha quedado parte vital de su vida, uno de los impulsore de la editorial que allí funcionaba, editando sendos libros, revistas, documentos, separatas y demás que felizmente gran parte de ellos han quedado para la historia de Cajamarca.  Allí está el sello de nuestro amigo Tristán, celoso guardador de tesoros inmensos que ojalá queden en Cajamarca y la Dirección Desconcentrada de Cultura sea la que acoja este patrimonio bendito e importantísimo, que no son solo libros, documentos, los que nos hereda, sino patrimonio arqueológico, objetos, testimonios valiosos de su saber y su querer a Cajamarca.  Esperamos que su hermano y familia respete esta necesidad, de dejar para Cajamarca este su patrimonio, que lo atesoro toda su vida, para que Cajamarca culmine este museo vibrante, dinámico que él logró en su vida fecunda.

Manuel y Tristán escogieron el 2 de julio para llegar al paraíso de la vida infinita y gloriosa.  Manuel hace 35 años, Tristán hace un año. ¡GLORIA ETERNA PARA LOS DOS!

Cajamarca, 05 de julio 2025.

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