Presentación In Memoriam Semblanzas
Leo Casas Ballón
IN MEMORIAM
CANTARES DE MUJER Y QUÉ DECIR…
Socorro Barrantes
Cuando la muerte sorprende al mundo andino en plena madrugada. La crueldad de la muerte no tiene límites, ella decide nuestro destino, en la polvorienta vereda del adiós. Menos de quince días Cecilia y yo escuchamos tu voz, Leo Casas Ballón, pájaro cantor del Perú Profundo. Íbamos a presentar mi librito “Morir en Cajamarca” y moriste en Lima, en el lugar, donde se juntan todas las sangres que te amaron. Es una maravilla que hombres y mujeres, hayamos podido amar a un mismo hombre que canta en quechua, que ríe en aimara, que conversa en apurimeño, que conferencia en el idioma fecundo de Arguedas, tu pata del alma, tu amistá, de todos los días. Leo, conversas en el sencillo idioma de los indios, que se juntan para recordar al Perú como en sus sueños. Herederos del viento y la nostalgia, herederos del cóndor y la luna. Esa que salía a espiarte, enamorada de ti hasta los huesos, porque vos le cantabas en su laya de sentir el amor, en su fuego de media noche, en su lágrima ausente, en su rocoto ardiente de mujer apasionada y luminosa. Por qué te vas y nos dejas, “huérfano pajarillo”. Nos habías acostumbrado a tu “canto hermoso” y hoy nos dejas con un taquirari tremendamente sombrío, cuajado de lágrimas y telas de araña que se expanden por la pared, cumbrera del cielo, donde dicen las buenas lenguas, que has de descansar en paz. Nunca descansaste con las manos cruzadas, siempre bebiendo, viviendo, cantando, resurgiendo al Perú, en su extensión de Patria enorme, fabulosa y sin embargo atada por la injusticia, la inequidad, el oprobio. Desde que eras niño, al nacer en Mollepata, Apurímac, se gestaron tus alas de cóndor enorme, “indio blanco” te llamaban porque llevabas en tu pecho, horno vital de la andinidad, la señal de lo nuestro, la herida abierta de la conquista, el llanto de José María por los maltratos de la madrastra y el deslumbramiento de éste ante la genialidad tiernísima de los indios que lo acogieron en su pecho e hicieron de él, el adalid de nuestra cultura, como vos, que nunca te cansaste de cantar en el idioma ancestral, de cantar a la vida, de cantar el todo por el todo… Maestro, amigo, hermano, yanasita de todos los tiempos, cuando te conocí desde “Tierra Fecunda” y nos bebimos uno tras otro, vasos del ponche de habas, allá en la plaza de armas del Cusco Mágico. El año pasado presentaste mi librito sobre Atahualpa y te pedí que también lo hicieras este año en la Casa de mi otro amigo, me lo presentó mi padre, el insigne José Carlos Mariátegui y aceptaste, como siempre, de buena voluntad solidaria. Dime quién cantará las tristezas de Atahualpa. ¿Quién le devolverá la esperanza de regresar y juntar sus heridas para devolverle a este Perú Profundo, su ser digno, justo, hermanado con todos los seres de nuestro universo? No, no sólo harás falta a esta humilde presentación, le harás falta al Perú entero. Hombres gloriosos como vos, no nacen en la esquina, sino en el vientre del Padre Sol. Su destino, iluminar la cordillera andina, el nacimiento y el ocaso del fuego tras el mar; la presencia mágica de la palmera, de la selva tan vejada. Le harás falta al rumor del viento en su canto agorero de libertad. Le harás falta a los niños del ande para valorar el canto hermoso. Le harás falta a las mujeres para preñar de luz sus corazones. Le harás falta al hombre sencillo de la calle, para levantar la frente y escribir con su “dedo gordo” ¡Pueblos del mundo, uníos por siempre, hasta alcanzar la victoria final!!! Cajamarca, 14 de julio 2024.
Una parte de mi se va contigo. Flor Casas. Fotos: Tomadas de La Mula. MÁXIMO DAMIÁN Y LEÓNIDAS CASAS BALLÓN EN PUERTO SUPE FRENTE A LA CASA DE JOSÉ MARÍA ARGUEDAS
Vídeo tomado de YouTube. |