El “Qhapaq Ñan” en Cajabamba

 

Ir a Presentación   Artículos de opinión

 

Por: Gamaniel Guillermo Silva Rodríguez

Economista y educador

 

Durante el Imperio de los Incas, la élite de los Amautas (Maestros) trazó sobre los Andes, el Qhapaq Ñan (El Camino Real o El Camino Inca), la cual sigue una línea desde Pasto (Colombia) hasta Talca (Chile). Así fueron las rutas, según investigaciones en la historia del Tahuantinsuyo. El Camino Real, fue el eje principal del sistema vial incaico, para integrar los pueblos en sus diversas actividades.

Este sistema vial nos demuestra que, los centros arqueológicos (asentamientos poblacionales) se encuentran casi en línea recta y a distancias proporcionales entre Cajamarca y Cuzco. Entonces, la diagonal trazada en este sistema geográfico, podría haber significado para los inventores, como el camino de la verdad. Y es la investigadora María Sholten, quien sintetiza su admiración, con la pregunta: ¿Y qué es la verdad?

Otros, han propuesto que esta recta tiene una relación intrínseca con el planeamiento territorial andino, que estuvo dirigido por la “capuccana”, institución astronómica religiosa. En la publicación de Carlos Milla, Génesis de la Cultura Andina, con respecto al Qhapaq Ñan, propone que el sistema operativo de la Cruz Cuadrada (representación de la Constelación de la Cruz del Sur) es geométrico y proporcional, el cual fue usado como modulador y ordenador de los espacios arquitectónicos, urbanos y regionales, en el Estado Comunitario Andino.

En la sierra del Perú, el camino presenta hileras,  calzadas empedradas, muros de piedra, escalinatas, rampas, canales de drenaje y puentes. En el Imperio de los Incas, se organizaban a las poblaciones para repararlos y limpiarlos constantemente, mediante una forma de trabajo rotativo y por turnos, llamada “mita”.

En Cajabamba, la mayoría de rutas que encontramos en su territorio son de origen prehispánico. Estas sirvieron para interconectar a la comunidad local, regional y posteriormente nacional al incorporarse a la red vial incaica denominada Qhapac Ñan. Existió una amplia red de caminos que comunicaban todas las partes del territorio cajabambino, relacionando los “Ayllus” entre sí y las zonas económicas importantes, como la del Marañón, donde entre otros se cultiva la coca, producto asociado a los rituales y de valor en nuestra sociedad prehispánica.

Los caminos construidos después, a partir de la colonia española y que sirvieron para comunicar  en un territorio recompuesto, son más angostos y de menor calidad. Actualmente, muchos tramos ya se han perdido, algunos están casi destruidos y lo poco que queda le falta mantenimiento. Por esto, el arquitecto José Pineda (Cajabambino, residente en Francia), ha publicado en septiembre del 2014: Proposiciones para la puesta en valor de la red vial prehispánica de Cajabamba, donde recomienda la conservación de lo que nos queda de esta red vial y por ser parte de nuestro patrimonio cultural.

Para terminar, quiero comentar sobre la última visita que hicimos al distrito de Sitacocha, con motivo de su fiesta patronal a la Virgen Inmaculada Concepción de María, con un programa bien organizado y tradicional, demostrando nuestra identidad cultural. Pero, también pienso en la carretera, la ruta, el camino entre los 39 kilómetros que separan Cajabamba a Sitacocha, con dos horas de viaje en “combi” y con unos abismos y precipicios impresionantes… ¿Quiénes la hicieron?

Guillermo Silva

08/01/2015

 

Bibliografía:

-       Cajamarca. Documental del Perú, Tomo XIII, mayo 1985.IOPPE SA Promotora Editorial.

-       Guía de identificación y registro del Qhapaq Ñan. Ministerio de Cultura, Lima, mayo 2013.

-       ESPINOZA SORIANO, Waldemar. Los señoríos étnicos del valle de Condebamba y provincia de Cajabamba. 1974.

 

Inicio


Ir a Presentación   Artículos de opinión