¡MÁS RESPETO AL PATRIMONIO CULTURAL!
PC Consuelo Lezcano Ruiz
Llega el carnaval y el entusiasmo festivo hace perder la nitidez en la visión apropiada de la población, pero, lo que más preocupa, es que también pierden el criterio las autoridades o sus seguidores incondicionales que sin ningún conocimiento -es más, diríamos, con ignorancia supina- “meten los pies” como en fango de camino de herradura. Y esto es lo que nos vemos en la obligación de hacerlo notar. Y si bien es cierto, el alcalde provincial no interviene directamente en esos graves errores… designa (o lo hacen sus gerentes, sub gerentes y “réquetegentes”) que tampoco supervisan la ejecución de lo que se proyecta con la mejor intención pero que se destruye con el pésimo trabajo de personas neófitas en los asuntos públicos, en este caso de respeto a los monumentos públicos que son emblemáticos y representan (no digo “nuestra”, generalizando, porque muy pocos la poseen) nuestra IDENTIDAD CULTURAL.
¡El colmo de los colmos! ¡Han colgado un banner de gran tamaño sobre una parte del frontis de la Iglesia de Belén! ¿A quién o a quiénes se les ocurrió tamaña ignorante tontería? (para decirlo con suavidad, porque merecen otros términos castizos). ¡Es una absoluta falta sancionable contra nuestro patrimonio cultural! ¿La gente edil de hoy ignora a tal punto lo que debe o no debe hacer en estos casos? ¿No hay nadie, de esos que ganan jugosos sueldos, que dirija y supervise esas sencillas acciones? ¡Y ese templo belenista es estrella destacada dentro de nuestra identidad y que sirvió para que la OEA reconozca a Cajamarca como “Patrimonio Histórico Cultural de las Américas! ¡QUÉ VERGÜENZA para el gobierno edil, empezando del alcalde, todos sin excepción responsables directos e indirectos!
Sería conveniente publicar los millones que gastan en la municipalidad cajamarquina para los cuchucientos asesores, los regidores y toda la larguísima lista de bien pagados… para que demuestren que todo eso es un despilfarro en cabezas huecas. Y tras este ejemplo podríamos enumerar la lista de problemas y necesidades de esta capital regional que quedan marginados y olvidados mientras los responsables miran a otro lado o meten la cabeza como hace el avestruz para no ver la realidad. Imposible no sentir contrariedad y hasta cólera por estas muestras innegables de ignorancia enorme, enorme.
Para ese banner y otra publicidad festiva hay enorme cantidad de paredes donde los pueden colocar sin hacernos derramar bilis. Creo que tenemos la autoridad necesaria para ordenar que retiren de inmediato ese letrerito y cámbienlo de sitio. Los que de verdad amamos a esta tierra y que de varias formas aportamos gratuitamente para concientizar y elevar el nivel de la marginada identidad y respeto colectivo. El más llamado a disponer que se corrija de inmediato lo que aquí denuncio a nombre de muchos ciudadanos e instituciones es, sin discusión, el alcalde, porque de lo contrario habría que dedicarle no coplas sino esa antigua polka que en su tercera estrofa dice: “¡Qué tal lisura, qué tal reposo! / ¡Qué desvergüenza la de este mozo! ¡Si yo lo agarro, lo desbarato… / ¡y hasta le rompo el aparato…!
No es justo ni ético mantenernos con una mudez que sobrepasa los límites de la paciencia. Sólo en lo tocante al carnaval, otros de los mil y un problemas son las pintas en paredes de templos y monumentos, además las instauradas “globeadas” en la planicie del Qapac Ñan, verdadero “circo pal pueblo”, bochornoso espectáculo donde sin control se expenden bebidas alcohólicas a menores de edad. Personalmente comprobé, en la segunda globeada, al cruzar circunstancialmente por allí, en movilidad propia, vimos cómo sacaban en peso a una menor de edad totalmente ebria o bajo los efectos de alguna droga para llevarla a un centro de Salud. ¿Qué esperan las autoridades para reaccionar? Y si es imposible controlar y poner límites, simplemente que se suspendan todas esas actividades que se desbordan. Así de simple.
Cajamarca, 02 de febrero 2024.