Poemario: "Varias voces en escena, pero una sola inspiración”
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Lima, 17 de Julio del 2005
Cuando tengas que elegir
a un amigo verdadero
tienes que observar primero
mucho, antes de decidir,
porque es como construir
un templo dentro del pecho,
donde crezca satisfecho,
permitiéndote vivir.
Como habrán de compartir
lo mejor de vuestra vida
debe colmar la medida
de todo tu buen sentir.
Ahora tendrás que admitir
que cualquiera no es amigo:
medita bien lo que digo,
si lo quieres conseguir.
Lo tendrás que percibir
con el mayor asidero,
que sea noble y sincero
cuanto tenga que decir.
La amistad se ha de esculpir
en la más profunda entraña,
donde la envidia no daña
ni el celo ha de destruir.
Como amigo ha de cumplir
con valores en esencia,
donde el juicio y la prudencia
se puedan bien advertir.
Antes de tener que unir
los lazos de la amistad
que se sienta la verdad
para un feliz porvenir.
El hecho ha de requerir
lo que tú lleves contigo
porque amistad es abrigo,
cuando se llega ha pulir.
Hoy te tengo que decir:
amigo es el que te escucha,
el que te alienta en la lucha
y en tu afán de conseguir.
Tú también debes cumplir
con puntual condescendencia,
ofreciendo tu paciencia
y dispuesto a compartir.
No sólo lo has de aplaudir
después del triunfo logrado
sino hazle ver su pecado,
si lo vieras agredir.
Nunca le intentes medir
su alegría o sufrimiento
sino en el justo momento
acércate a compartir.
Ayúdale hasta salir
con todo tu hombro y tu pecho:
ése es amigo derecho,
cuando nos toca sufrir.
No le puedes exigir
que sienta lo que tú sientes,
que piensen igual sus mentes
al punto de coincidir.
No se traten de fingir
con presentes ni regalos;
hay tiempos buenos y malos
de sonreír y sufrir.
Juntos han de discernir
del sufrimiento y el gozo
por el camino escabroso
que procuran descubrir.
Es bueno antes de partir
en esa hermosa aventura
sea una amistad segura
que nadie ha de destruir.
Piensa en tu “don de servir”:
sea fuente inagotable;
no dejes de ser amable
ni vayas a permitir
que te conmine a mentir
por ti, por él o cualquiera,
eso puede hacer que muera
lo que no debe morir.
Houston Texas, EE UU - Enero, 2009
Si es verdad que la palabra es arma de gran poder,
nos corresponde un deber en el campo de batalla.
Allá donde ya no se halla más razón para entender
y se mata por doquier, con el hambre y la metralla.
Nuestro verso tiene agalla entre sus puntos y comas;
mas si va en varios idiomas, es cual bala de un cañón,
es dardo en el corazón, y ya no blancas palomas
perdidas entre las lomas de un horrendo armagedón.
Vamos, con la convicción que se oirá nuestro grito
en el oscuro infinito de la guerra y su fragor.
Escribamos con valor, que hasta el endeble proscrito
sienta, en su pecho marchito, la tinta de nuestro amor.
No somos de aquél color que se mancha fácilmente.
Nuestra pluma es reluciente, como el sol de la mañana.
Y en Palestina lejana, del hermoso “Medio Oriente”,
hoy les decimos: ¡Presente!, y a ti, selva colombiana.
Que sean clarín y campana, clamando la unión y paz;
que en la tierra y su ancha faz halle lugar el perdón.
Pongamos fe y emoción, que la palabra es -quizás-
el arma más eficaz... para un duro corazón.
Houston Texas, EE UU
Adjetivo casi santo de la sagrada misión,
al hombre diestro y patrón, perfil de sabiduría.
¡Maestro! se le decía a Cristo en la Tierra Santa,
hoy se dice al que decanta la cultura con su guía.
El maestro es -quién diría- nuestro perfecto adalid,
el que gana en buena lid a la ignorancia atrevida,
el que encuentra la salida a la libertad ansiada...
Maestro es la campanada en toda mente dormida.
Un buen maestro da vida al villorrio aletargado,
por su rol de apostolado es ya muestra de sapiencia.
Con sus dotes de excelencia, es el más diestro instructor;
por su esfera de señor, un dechado de paciencia.
Con su gran condescendencia sabe enseñar con ternura,
en la situación más dura es un dulce compañero...
el amigo consejero de la juventud turbada,
la cariñosa palmada en lo oscuro del sendero.
Como el más ducho alfarero, hábil moldea seguro,
el inmediato futuro del que estudia con afán.
Como Jesús frente al pan, colma con fe y regocijo;
cual padre, alimenta al hijo, dando lo que otros no dan.
Nuestros maestros serán, a través de la docencia,
ejemplos de la prudencia, virtud del buen preceptor.
Como noble educador ha de tener eficiencia
y esa diáfana conciencia... del eximio profesor.
Houston Texas, EE UU
Madre es la que con amor nos concibe enamorada,
va acariciando callada la pasión de su interior.
La que pare con dolor entre gemidos y risa,
la que en su mente eterniza a su hijo en dulce candor.
Madre es la que con valor, con su niño en el regazo,
burla al mundo y se abre paso entre la espina y la flor.
Madre es el buen sembrador cultivando su semilla,
hasta obtener la gavilla con sacrificio y sudor.
Madre es el mejor doctor en nuestras noches de fiebre,
madre es el eximio orfebre, esturgando nuestro error.
Es madre el nato escultor moldeando con sus manos,
hijos útiles y sanos para un futuro mejor.
Madre es el buen confesor que nos escucha y nos guía,
madre es la que da alegría con su cariño y calor.
La madre es un defensor luchando cual fiera herida,
pudiendo ofrendar su vida por sus hijos, sin temor.
Es el hombro apañador en la duda y la tristeza
es garantía en la mesa, asegurando el sabor.
La madre pone el dulzor a la amargura y la pena,
nunca culpa ni condena. Siempre quiere lo mejor.
Madre es el fiel guardador, el ángel más sacrosanto
que nos vela en el quebranto, dándonos paz y vigor.
Cual divino intercesor es puente que va hacia Dios.
Como la madre no hay dos. ¡Querámosla con fervor!
Houston Texas, EE UU
Sólo ha enviado una nota
tan breve como un suspiro,
cuatro palabras desnudas
para anunciar su retiro.
No sé como estoy viviendo
o estando muerto... respiro.
Todo en mí cambió de giro:
ya no sabía lo que era.
Hasta ella llegué corriendo,
para impedir que partiera.
Diciéndole que la adoro
le pedí... que no se fuera.
¡No permitas que me muera...!
le grité desesperado;
pero ya no quiso hablar
y se alejó de mi lado,
como si nunca esos labios
antes me hubieran besado.
La mujer que mucho he amado
y que tanto amor me diera,
tan sólo en algunas horas
se tornó de esa manera.
A pesar de ser tan dura
le pedí... que no se fuera.
Toda esa hermosa quimera
de un amor puro y hermoso,
lo recuerdo noche y día
solo, afligido y lloroso.
Tropiezo con el recuerdo
hasta hoy me siento celoso.
Yo anhelaba ser su esposo,
quererla una vida entera,
serle fiel a toda prueba.
Por ella todo lo diera.
¡Porque la amé con el alma,
le pedí que no se fuera!
Houston Texas, EE UU
Tierna, accesible y casta, caíste en la celada
creyendo enamorada en el ángel de tu mente.
Entraste en la maraña de una selva emboscada
quedándote atrapada en su oscura pendiente.
Con la nívea asechanza del mundo adolescente,
tropezaste inocente, embriagada de amor.
Lo diste sin reserva confiando ciegamente
tu cuerpo pubescente con todo su candor.
Con tus escasos años cargada de valor
soportaste el dolor de parir con cariño.
Demostraste así a todos con entraña y ardor
que nunca es deshonor la presencia de un niño.
Sin malicia ni nada mostraste tu corpiño,
tu rostro en desaliño pálido y muy sentido.
Amamantando a tu hijo con sonrisa y un guiño,
blanco como el armiño... tu retoño querido.
Llorosa y sonriente piensas en el olvido,
suspiras lo vivido meciendo en tu regazo.
Mas luego te conformas: todo no lo has perdido;
de aquél hombre bandido... tienes ahí un pedazo.
El cielo no perdona. Todo tiene su plazo...
Seguimos por un trazo que ha delineado Dios.
Tu hijo será tu fuerza y un poderoso lazo
hasta que un nuevo abrazo los estreche a los dos.
Houston Texas, EE UU
Tal vez por estar tan lejos de ti, mi Perú querido,
nombrarte arranca un gemido que se anuda en mi garganta.
Tu tierra se hace más santa, vibrando en cada latido.
Hoy sé cuánto vale el nido: Perú, patria sacrosanta.
Ese amargor que atraganta, al tenerte tan distante,
más me impulsa hacia adelante en busca de mi ideal.
Quiero ofrecerte un sitial, con la lira de mi canto
con mi risa y con mi llanto, poemas como un rosal.
Mi querer se hará real, te escribiré con el alma,
porque eres Vallejo y Palma, Chabuca y Valdelomar.
Me siento hasta singular cuando me dicen peruano,
pensando en Pinglo y Chocano, me provoca recitar.
Perú, eres un rico mar, con sus playas de locura,
con tu eterno sol de Piura o Trujillo primaveral.
Bella Lima virreinal, mujer de garbo y finura,
intrincada selva oscura, blanca nieve perennal.
Cajamarca colosal, historia y verde campiña,
eres oro que se aliña en el más fino crisol.
Contumazá, cielo y sol, luna inquieta que nos guiña,
tierna madre que cariña con sus tardes de arrebol.
Houston Texas, EE UU
Humedecen nuestros ojos y tratamos de ocultar,
como queriendo tragar nuestra soberbia y orgullo,
exhalan en un murmullo que no logramos calmar,
abriendo de par en par el sentir, como un capullo.
Nos negamos al arrullo de un corazón que levanta.
Ese dolor que atraganta, comprime más nuestro ser
y no logramos saber, ya que nuestra pena es tanta,
hasta donde el alma aguanta, sin poderse contener.
Quisieran al parecer, lavar la angustia y la herida;
tal vez son justa medida para la paz y el perdón
o la rectificación de una mano arrepentida
que se quedó reprimida, en su desesperación.
Lágrimas son la emoción de un amor casi perdido,
de un sueño desvanecido que pudo ser y no fue.
Son la esperanza y la fe del pecho comprometido
que de cierto la ha querido, diciendo más la querré.
Lágrimas brotan porque malas hierbas van creciendo
en la amistad y van siendo razón para no abrazarse,
cuando ya quieren secarse, para no vernos sufriendo
con el sol que va saliendo, empiezan a disiparse.
Houston Tx , EE UU
Poeta es el eterno enamorado
de la tierra del sol y las estrellas.
Ser poeta es exaltar las cosas bellas
en el contexto de un mundo complicado.
Poeta es aquél que grafica de otro lado
a la pasión, a los celos y al engaño.
Ser poeta es separar lo que hace daño,
dándole a todo especial significado.
Poeta es aquél que gime, sufre y llora
al mirar la orfandad y la pobreza.
Ser poeta es encumbrar a la belleza
de un nuevo día en su rayar de aurora.
Poeta es aquél que avizora diferente
y al mirar la injusticia se rebela.
Ser poeta es darlo todo aunque nos duela,
con el sentir del alma y de la mente.
Poeta es aquél soñante en desvarío,
musitando una frase de ternura.
Ser poeta es irradiar la luz más pura
hasta el oscuro de un osario frío.
Poeta es aquél que siente el duro encargo
al recoger la tristeza y la alegría.
Ser poeta es describir con lozanía
la dulce vida y el dolor amargo.
Poeta es aquél que prodiga una palmada
con su pluma colmada de consuelo.
Ser poeta es elevarse al mismo cielo
y ver al mundo con sólo una mirada.
Poeta es aquél que con su letra acrisolada
desentraña el más pétreo cenotafio.
Ser poeta es escribir nuestro epitafio
que nos distinga en la última morada.
Houston Texas, Julio 2007
Identidad es el sentir más cristalino
al decir tú eres mía y yo soy tuyo,
cuando henchimos el pecho con orgullo
acentuando ¡Yo soy contumacino!
Identidad es asumir nuestro destino
de haber nacido en esta tierra bella,
es luchar hasta morir, todo por ella
sobre las piedras y abrojos del camino.
Identidad contumacina es fe y aliento
de sus maestros impartiendo la enseñanza,
es el saber que asegure y dé confianza
que habrá un mañana de florecimiento.
Identidad es el más puro sentimiento
al brindarnos a la tierra con cariño,
es volver a la madre como un niño
tarareando un yaraví con su lamento.
Contumazá es el sagrado compromiso
de intentar ser mejores día a día,
es la sublime convicción y la porfía
de engrandecerla como nadie lo hizo.
También es defenderla si es preciso,
si el peligro acechara por doquiera,
es inmolarse en su línea de frontera
expulsando al impropio advenedizo.
Contumazá, eres nuestra deuda contraída
por nacer y crecer sobre tu suelo,
es sentirnos otra vez cerquita al cielo,
cuando arribamos a ti tierra querida.
Identidad es evocar nuestra salida
entre suspiros y llanto contenido,
regresar con el sueño conseguido
y jurarle no habrá más despedida.
Agosto 2003
Como la palmera de Elche o la higuera de Pizarro:
hermoso, viejo, bizarro, nuestro gran pino antañón,
fuente de la inspiración del bardo contumacino...
Compañero, peregrino de cuanta generación.
Eres parte de la historia, tema de cuantos escribas,
cual monte de las olivas ya vas a la eternidad;
no estás de casualidad. Alguna mano bendita
te sembró en nuestra placita, por darnos felicidad,
No hemos podido abrazarte, ni llevarte serenata
porque nuestra historia ingrata no sentó tu happy birthday;
los pocos datos se pierden en el tiempo legendario...
Dicen que eres centenario, ya no está quien lo recuerde.
Sin embargo, pino altivo, jamás te hemos olvidado.
Coshinando te ha cuidado, como al hijo más querido.
¡Cuántas veces has tenido a tu pueblo halagador,
bailando a tu alrededor, con retreta y bien vestido!
Un día nos quedaremos sin tu aire ni sombra fresca,
tu figura gigantesca se va inclinando sin prisa
cual bella torre de Pisa que cae, pero no hay cuándo...
¡Te seguiremos cuidando y amando hasta tus cenizas...!
Sigue mirando al Calvario, sigue flameando a los vientos
mientras te escribimos cuentos, canciones y poesías.
No están contados tus días, y si te vemos doblar...
¡quién sabe es para abrazar a Contumazá en su día!
Lima, 9 de Marzo del 2005
La leche silacotina
siempre fue la preferida:
un sano medio de vida.
Para apoyar la cocina
nunca ha faltado una china
blanca, piel de porcelana,
con su bayeta de lana,
trabajadora y hermosa,
bajo una ubre generosa,
ordeñando en filigrana.
A las seis de la mañana
con su sombrero de palma,
lleva en su cantina el alma,
de su vaquita serrana.
La lechera palangana,
con su paso rutinario
ya va cruzando el Salario,
entre el murmullo del río
no aparenta sentir frío,
por su ligero vestuario.
El sol le indica su horario.
Ya sobre Andara y Tión
ella silba una canción,
de ese amor imaginario...
Frente al mismo Agropecuario,
descansa, mira, y al fin
aspira el verde jardín,
suspira, su pecho expande
y avanza por la Era Grande,
hacia el barrio del Chilín.
Su ruta es un serpentín
entre pirca y penca azul,
la alfalfa verde es un tul,
las casas huelen a hollín;
cerca se escucha un rondín
y una sorda campanada...
ya llegó hasta la Asomada,
la linda silacotina,
llevando allí en su cantina,
leche de su “Colorada”.
Contumazá se levanta
y sale al encuentro del blando.
La niñez va disfrutando
de la leche y la cuajada.
La lechera emocionada
cuenta el fruto de su esfuerzo,
ha completado el almuerzo
con su tesón y porfía...
Mañana será otro día
igual, mejor o diverso.
Vuelve con su rostro terso
a su Silacot querido,
con su cariño escondido
entre un bizcocho y un verso,
mejorando el tiempo adverso,
desafiando la pobreza.
Con su encanto y su pureza
va adornando la pradera
nuestra bonita lechera,
guapa, sensual y traviesa.
Lima, 20 de Octubre del 2004
Cuentan que en Contumazá,
comarca multicolor,
se dio una historia de amor
como jamás se verá.
Narran con seguridad
esta escena pasional
con un trágico final,
por el engaño y traición
de un Cacique socarrón,
interesado y fatal.
Kuán tenía un manantial
de agua brotando a raudales
en los agrestes peñales
de su elevada montaña.
Él, un Cacique sin maña,
desprendido y servicial,
un hombre a carta cabal
-lo que hoy se llama señor-
dispuesto a dar por su amor
la más difícil señal
Este amor condicional
de ribetes trascendentes
hizo llorar a las gentes
por su ingrediente especial:
pidió al Cacique un canal
que desemboque en su zona,
justo en la misma corona
de su inmensa fortaleza...
a cambio de la belleza
de su Tantarika mona.
Kuán más fuerte se apasiona
de su Tantarika amada,
sin pensar en la tajada
que el padre ruin ambiciona.
Toma el reto, se aleona,
se enfrenta a la cordillera,
al peñasco y la ladera
con los hombres de su estima...
y coloca el agua en la cima,
donde Tantarika espera.
Ve el Cacique la chorrera
de impresionante caudal,
brota su instinto animal
sin sopesarlo siquiera...
Torpe y mordaz como fiera
acaba en un solo rato
el sentimental contrato
después de verse servido
dejándolo a Kuán herido
al borde del arrebato.
Kuán, ante el Cacique ingrato,
mentiroso y desleal,
rompe el maldito canal
dejando al padre insensato
mascullando su maltrato
con su hija en amargo llanto
en el más cruel desencanto
que la gente ruin merezca
sin canal, sin agua fresca
y sin Kuán, que la amó tanto.
Destrozó el canal de canto
por Altamisas y Andara,
salió el agua en Santa Clara
como el milagro de un santo...
Kuán, sumido en su quebranto
vuelve hasta su manantial,
llorando sobre el brocal
sumerge un ramo de flores
al canal de sus amores,
que lo lleva en su caudal.
Con seguridad textual
sigue afirmando la gente
que oye de noche un torrente
antes que se dé la lumbre;
sin embargo, ya es costumbre
porque saben la leyenda
de la ominosa prebenda
que el campesino lo explica:
cómo Kuán a Tantarika
le hace un canal, y le ofrenda.
Houston Texas, EE UU (Agosto, 2009)
Con todo mi sentimiento
de contumacino neto
y sin faltar el respeto
a nadie en ningún momento.
Voy a escribir lo que siento
por mis averiguaciones,
qué tipo de corazones
se dan en Contumazá,
cuánto quieren de verdad
y cómo son sus pasiones.
No quiero que estos renglones
ofendan a mis paisanas,
que hasta estas tierras lejanas
me envían sus emociones.
Éllas despiertan mis dones
y son luz en mi poesía:
por verlas, qué no daría,
sonrientes de cara al sol,
con sus chapas de arrebol
y brujil coquetería.
Un hombre qué no daría
por una contumacina;
no las hay en cada esquina,
son escasas a porfía.
Todas tienen gran valía
por talento y hermosura,
que provocan la locura
apenas van floreciendo.
En cada año van cayendo
cual rica fruta madura.
La contumacina pura,
de generación moderna,
no la busques con linterna
tanteando en la vida oscura.
La hallarás en la cultura
aumentando su saber,
distanciada del querer,
preocupada e inquieta...
acariciando la meta
que siempre soñó tener.
Si quisieras merecer
una hembra contumacina,
calcula bien que esta china
no es fácil de convencer.
Siempre trata de tener
con ella mucho recato,
no le compres lo barato,
intenta encontrar su gusto...
Después de un pequeño susto
ya la tienes en el plato.
Te voy a dar otro dato
que por cierto nunca falla:
si ella busca la batalla
no respondas de inmediato.
Deja de mirarla un rato
(es que son como el rocío
o como el agua del río:
no retroceden jamás).
Solitas entran, en paz,
sollozando... ¡tú eres mío!
Son un rico plato frío,
te complacen cual manjar;
como mujer son sin par,
a su lado no hay vacío.
Avanzan con desafío
en la más densa neblina,
son reinas de la cocina.
Luchando con entereza
entienden cualquier pobreza...
¡Así es la contumacina!
Detrás de la flor, la espina;
sólo quieren al honrado:
la traición es vil pecado
para una contumacina.
Son como la golondrina:
saben volar... y se van,
no soportan al “don Juan”,
por más pintón que parezca.
Vuelan antes que amanezca,
en busca de un mejor pan.
Si te crees un galán
y quieres contumacina,
deja el trago y la cantina,
sólo así su amor te dan.
Entonces en ti verán
un amor sano y seguro
y ese sentimiento puro
como el aire de Shamón.
Llenará tu corazón,
sin zozobra y sin apuro.
“La contumacina que ama,
por ti hasta ofrenda su vida;
pero hay que tener cuidado...
Si por traición está herida,
te deja en un solo rato
¡y te embruja la comida”!
Lima, 13 de Enero del 2005
Contumazá, madre tierra, bella, risueña y altiva,
tu recuerdo me motiva a escribirte desde lejos
mientras todos mis reflejos conserven con nitidez
los días de mi niñez, que en mi poesía dejo.
A los míos aconsejo, sobre el amor al terruño
que nos imprimió el rasguño del guijarro y el abrojo,
lleven a cabo el recojo de esas vivencias sentidas
de su folclor, sus comidas, del barbecho y su rastrojo.
Complazcamos nuestro antojo por exaltar lo más bello
que llevamos como un sello de aquel pasado pueril,
como muesca de un buril en nuestra inocente infancia,
grabada con la fragancia de Contumazá gentil.
Resaltemos nuestro Abril, verde lienzo perfumado,
bueyes, coyundas, arado, tierra tibia y olorosa,
al cordero que retoza, al verde azul del trigal,
a la flor del alfalfar de Contumazá orgullosa.
Mi recuerdo se alboroza pensando en Mayo florido,
pienso en Andara dormido, Silacot y Campanillas;
me imagino entre gavillas de codiciado alverjón
o cosechando en Tión, en un domingo de trilla.
Con una expresión sencilla queda mi constancia escrita
que mi pueblo necesita leer sobre su pasado,
saber del trigo pelado, de la chicha y de su aroma,
del rico arroz de la loma, nuestro típico bocado.
Hablemos del pueblo amado, de sus lugares queridos;
volvamos comprometidos hasta el rincón de la infancia,
acortemos la distancia de Lima, la capital,
a la querencia natal de nuestra primera estancia.
Que ninguna circunstancia nos envuelva en el olvido
del viejo pino engreído, del Shamón acogedor,
del huayta río hablador, de un yaraví en triste tono,
de la Pacchita del Mono, y nuestra Ermita de amor.
Escribamos con ardor del contumacino egregio,
de la escuela, del colegio, de formación y moral...
Expresemos cada cual la opinión que nos asista,
diseñemos su conquista, para que no siga igual.
Llevémoslo al pedestal que Contumazá merezca,
que su gente noble crezca en la virtud y el honor;
avivemos el color, cual cielo de primavera,
tono de nuestra bandera, celeste insignia de amor.
Que el gesto conciliador de María y San Mateo
hagan posible el deseo de todos los que le amamos...
¡Abracémonos y vamos, Contumazá está esperando!
¡Debe estar triste y llorando, cuanto más nos demoramos!
Si sólo un poquito damos de lo poco que tenemos
es posible que ya estemos cumpliendo como hijo bueno,
este pueblo no es ajeno, es nuestro Contumazá,
es Tantarika, es Nanshá, es pozo Kuán, lluvia y trueno.
Houston Texas, EE UU
De lejas tierras extrañas España nos trajo el trigo,
él, modesto, se hizo amigo de nuestra mesa peruana.
Se introdujo en la "callana", en el horno y el batán;
se convirtió en nuestro pan de la noche a la mañana.
Se juntó a la filigrana de nuestra comida andina,
enriqueció la cocina dándole un mejor matiz.
Se hermanó con el maíz y nuestra papa variada,
le acertó una pincelada al mesón de mi país.
Sin pasar por el tamiz, llegó hasta Contumazá:
nuestra hábil mujer le da su fuente de inspiración.
Conjuga su creación en su más diverso estado,
sacando el mejor bocado del trigo en esa región.
Lo sometió en su fogón a la ceniza más fuerte...
y el trigo, como de suerte, se descascaró al calor.
Tomó un hermoso color amarillo abrillantado,
saliendo el "trigo pelado", de incomparable sabor.
Ingeniosa en su labor secó este "trigo pelado",
lo trituró con cuidado bajo su burdo batán;
aderezó con afán llegando, entre risa y broma,
al rico “arroz de la loma” con trigo de Canuzán.
Los días vienen y van y ella tomó el trigo entero:
a golpes en su mortero fue transformando los granos.
Humedeció con sus manos el cereal de color ámbar,
el paso previo del “shambar”desde hace tiempos lejanos.
Así otros platos serranos de nuestra rica cocina,
resultan de la combina que sabias manos le dan:
así salió el "pepián", el "sanco" y el "cashallute",
para su gozo y disfrute del más ducho comensal.
Houston Texas, EE UU (Noviembre, 2008)
Al carro que trepa a diario
Chilete a Contumazá,
un hombre de cierta edad
y de porte extraordinario,
sube para el novenario
de nuestro Santo Patrón.
Sabe Dios por qué razón
se sentó junto a una dama,
de esas que el alma reclama
o un ansioso corazón.
Sintió como un aguijón
en lo hondo de su pecho,
sólo por ese simple hecho
o alguna extraña razón,
que causó esa incitación
tan rara como un hechizo,
sintiéndose de improviso
ante este caso sin nombre,
feliz como ningún hombre,
transportado a un paraíso.
Tal vez su destino quiso
clavarle esta aguda espina:
hermosa contumacina,
blanca piel, cabello liso,
soltera y sin compromiso,
de veintiuno o veintidós.
Qué linda, qué tierna voz,
dulce manera de hablar...
para llevarla al altar
y unirse al frente de Dios.
Enrique se entregó en pos
de una estupenda aventura.
Luzmila era de otra altura
(pero eso queda entre nos...).
Intentó en forma precoz
ganarle ventaja al viaje,
y estrujando su equipaje
luce su mejor sonrisa,
comenta lo que divisa
en el hermoso paisaje.
Respondió ella al abordaje
con refinada elegancia,
sin darle mucha importancia
a este halcón de otro plumaje.
Le explicó cada paraje
con profunda exaltación:
las huertas, Rupe y Cushtón...
Le describió emocionada,
paseando con su mirada
y poniendo el corazón.
Casi mudo de emoción,
Enrique la contemplaba.
Seguro ni le importaba
la excelente explicación.
Da un giro la situación
cuando en un arranque insano
quiere él tomarle la mano
para acortar la distancia...
y ella, con fina arrogancia,
puso en su sitio al fulano.
Hermoso el cielo serrano
hace un aura en cada fila,
mientras Enrique y Luzmila
sienten un amor cercano.
¡"El Quique" no existe en vano!,
se repite ella, callada.
Le daré mi agua encantada
y este angelito o demonio
no para hasta el matrimonio...
y yo... en mujer bien casada.
Tendió muy bien la trastada
para invitarle a beber.
Él, por quererla tener,
ya no se negaba a nada.
Le resultó la jugada
dándole sólo una toma:
¡ésta no es agua de broma!
Caen todos los que van.
¡Así cayó el gavilán...
comido por la paloma!
Lima, 20 de Enero del 2004
Me transporto hasta una tarde,
casi al cerrar la oración,
con frío frente al fogón
dentro de mi poncho habano,
arrancando con mi mano
y mi diente adolescente
una cachanga caliente
de harina fresca y manteca,
hiriendo mi muela hueca
en una actitud valiente
Las hacían saladitas
y dulcecitas también;
se cocían en sartén
o sobre una teja plana,
brasas de leña serrana
convertidas en carbón
completaban la sazón
de las cachangas doradas
y guardábanse amarradas
en manteles de algodón
Cuando apenas amanece,
la cachanga se coloca
junto al mate de chochoca
o en la bolsa del viajero,
en la alforja del arriero,
en el morral del pastor...
Es el maná del Señor,
nuestro pancito serrano,
que nos levanta temprano
con su exquisito sabor.
¡Cómo poder olvidar
la deliciosa tajada
de una cachanga doblada
con su chancaquita rubia...!
¡Los fríos días de lluvia,
entre quesillo y tamales,
aporcando los maizales
o desyerbando el trigal...
con el canto del zorzal
y del tordo en los paucales!
Houston Tex, 27 de Enero del 2006
Al encontrarme tan lejos
de ti, mi pueblo querido,
más fuerte siento el latido
de mi entraña contumaz.
Te añoro, te quiero más,
cada recuerdo me hiere;
soy el hijo que te quiere
desde mi oscuro solaz.
Al pensar cómo estarás,
de mi alma brota un suspiro
y hasta el aire que respiro
lo comparo con tus prados...
Mis ojos enamorados
húmedos se van cerrando,
para seguirme soñando
entre tus campos dorados.
Te miro de todos lados
desde mi imaginación:
del Salario hasta Shamón,
de la Asomada a la Ermita...
Puedo ver a tu placita
con tu pino corpulento,
siento tu aroma, tu viento
y el frescor de tu pacchita.
Quien sabe tu alma “tirita”
feliz en la lluvia fría
o tal vez por la sequía
estés triste y abatida,
tu gente noble y sufrida
bajo la cruz del Calvario
suplicará en su rosario
que llegue el agua de vida.
Vendrá otro tiempo, querida,
como el sol por la mañana
y tu pradera serrana
se vestirá de colores,
buen maíz, alverjas, flores,
leche fresca y trigo verde...
¡Deja que así te recuerde,
terruño de mis amores....!
Houston Texas, EE UU
Un niño con ansiedad
se acercó a su abuelo un día,
pidiéndole con porfía
que le diga la verdad:
en aras de mi amistad
quiero ayudar a mi amiga,
ella busca quién le diga
¿Qué es la solidaridad?
El viejo en su ancianidad
quiso lucirse en el tema
resolviendo aquel problema
con prolija claridad.
Le habló con serenidad
poniendo ejemplo en el caso
acentuando en cada paso
lo que es Solidaridad...
Si vieras que en tu ciudad
se lucha por algo bueno,
ese no es problema ajeno
-te digo con propiedad-.
Únete con voluntad
a la causa, con afán.
¡Los que observan se dirán:
ésa es solidaridad!
Si ves a tu vecindad
empeñada en la justicia,
acércate sin malicia,
con toda tu voluntad;
reclama con dignidad
poniendo al frente tu pecho.
Eso valioso que has hecho...
¡Es la solidaridad!
Si ves la fatalidad
al alcance de tu mano,
llama a tu amigo cercano
y ofrezcan su caridad;
júntense en la enfermedad,
en la angustia y el dolor.
Si dan todo con amor...
¡Esa es solidaridad!
Si hay niños en orfandad
y requieren de tu ayuda,
acércate sin más duda
a ver su necesidad.
Esa actitud, de verdad,
engrandece más al hombre
y tiene tan sólo un nombre:
¡Pura solidaridad!
Al vivir en sociedad
ve con los que hacen bien,
no importa los que te ven...
¡Da con prodigalidad!
Dios con su divinidad
guiará tus buenas acciones,
ablandando corazones
con tu solidaridad.