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CANTARES DE MUJER

 

ADIÓS A DON PEPE UCEDA, NOTABLE MÉDICO DE CAJAMARCA

        

Socorro Barrantes Zurita.

  

Algunas personalidades, se hacen de prestigio por su labor profesional honesta y fecunda. Se los conoce para toda la vida.  Ya no teníamos noticias del Doctor Uceda,  fue a Lima un día en que todo estaba cambiando en el mundo.  La modernidad iba callando voces, quehaceres y pareceres.  Él era el único que quedaba de los tres grandes e inolvidables Médicos que conocí en esta tierra andina: EL DOCTOR LUIS ORTIZ SÁNCHEZ, EL DOCTOR JUAN SÁNCHEZ MERINO Y EL DOCTOR JOSÉ UCEDA PÉREZ.  El primero que menciono, bastaba con mirarnos para saber lo que teníamos, qué manera de conocer a los pacientes.  Supongo que alguna vez erró, pero era tan acertado e inigualable en sus diagnósticos y curaciones.  El segundo era de una paciencia envidiable, con la cual acertaba de buena manera con los males que nos aquejaban.  Atendía a los niños con ternura, para que no le tuviesen miedo y se dejasen auscultar.  El Doctor Uceda acaba de morir, era el tercero de los grandes, de igual manera con paciencia, acierto, confianza, atendía para devolvernos la salud.  Hasta los últimos días de vida atendió a mi padre, un querido viejecito que él, atendió al gusto de mi padre.

 

 

Médicos sabios, que nos sanaban del cuerpo y del alma sin ordenar,  esa tracalada de exámenes,  que nos mandan hacer hoy los médicos.  Y es que la salud la han convertido en un lucrativo negocio.   Los médicos, salvo honrosas excepciones son comerciantes de la salud que da miedo. Creo que hasta para un resfriado fuerte, nos mandan hacer una radiografía.  Una vez llevados los resultados ni siquiera nos miran, como si fuésemos máquinas malogradas nos tratan.  No hay compasión en su corazón, no hay humildad y sencillez en su trato, no está el mandamiento de Cristo: amar a nuestros hermanos, ni el Juramento de Hipócrates.  Todo, todo es dinero, sino recordemos los días más crueles de esta Pandemia que nos azota;  clínicas, médicos,  farmacias se han lucrado hasta no más, con el dolor de los enfermos.  Qué les importaba si morían, total la muerte estaba instalada en el mundo entero.

  No, no eran así los doctores que recuerdo, en primer lugar, nos trataban como personas aquejadas de dolor, de miserias corporales y espirituales.  Sabían distinguir entre los que tenían buenos recursos económicos con los que no los tenían.  Sus honorarios eran de acuerdo a ello y no pocas veces regalaban las medicinas.  Así mismo a los de recursos económicos favorables,  los atendían en sus domicilios; a los de escasos recursos en el consultorio, diversificando con equidad.  Ahora esos parámetros están debidamente establecidos, sean pobres o ricos lo mismo deben abonar, no sólo al médico que nos ve, sino a todas las empresas de salud a las que debemos llegar con nuestro dolor a cuestas y el dinero en el bolsillo.  En las clínicas, laboratorios,  lo que mejor funciona son las cajas donde se paga, por esto, por aquello, por tal o por cual otro servicio.  Un verdadero viacrucis.  Por eso nos aferramos al Seguro de Salud del Estado, que más o menos funciona,  sino que sería de los muchos trabajadores que pierden la salud. Por ello la atención a la salud debe ser un derecho para todos y todas.

 

 

 

  Cuánta pena nos da perder a un Médico, a un Doctor de aquellos que nos sentían personas.  Hay un doctor muy querido por el pueblo, por los amigos, por los alumnos, el Doctor NICOLÁS LÓPEZ CHEGNE,  entre algunos más,  perlas en el pajar de la salud. El Doctor Nicolás es   ejemplo vivo de lo que debe ser un médico, un Doctorcito que nos devuelva la vida y el consuelo. Damos nuestro adiós AL DOCTOR JOSÉ UCEDA PÉREZ, que la Gloria eterna le de paso al paraíso donde los seres como él, no se olvidan, se los recuerda por los siglos de los siglos, con cariño y gratitud.

Cajamarca, 05 de mayo 2022.

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