Fransiles Gallardo
V e n t i s c a
tu
(des)amor
arteidea editores
DEL AUTOR
FRANSILES GALLARDO
Nació entre tres ríos y cuatro cerros,
en el siempre verde valle verde de
Magdalena, en la subida de Cajamarca.
Es ingeniero civil colegiado, graduado en
la Universidad Nacional de Cajamarca,
con post-grados en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos y
la Universidad Nacional de Ingeniería.
Se ha desempeñado como gerente
y director de varias empresas priva-
das y estatales del país. Actualmente
es consultor de estudios de impacto
ambiental. Por su trabajo es un viajero
incansable y conoce casi todo el Perú,
de adentro, de arriba y de lo profundo.
Integró el Grupo Literario Raíz Cúbica.
Obtuvo el Premio de Poesía “Mario
Florián” (Cajamarca, 1980) y poemas
suyos han sido incluidos en las
antologías Labios Abiertos, Rostros de
Eucaliptos Descubiertos por la Luna y
Poetas de Cajamarca.
Ha publicado en las revistas literarias
Gracilazo, Crónica Cultural, Letras,
Lluvia, La Tortuga Ecuestre y Arteidea.
Trabaja un par de libros de poesía,
cuento y novela.
CAMINO DEL CAMINANTE
En 1978, Fransiles Gallardo aparece en el parnaso de la literatura cajamarquina, junto a otros jóvenes poetas con quienes conformó el Grupo Literario Raíz Cúbica, el cual dinamizó hasta 1985, la actividad creativa y cultural en la histórica ciudad del Cumbe.
Sus quehaceres de estudiante de Ingeniería Civil, los condensaba con el oficio literario, que él ya había elegido como signo de vida. Aquel joven poeta natural del distrito de Magdalena de Cajamarca y a orillas del Jequetepeque, destacaba alternando la escritura de sus poemas y cuentos, con el periodismo radial y escrito.
El ascenso cualitativo de su creación motivó su selección en la Antología primigenia de la década de los ochenta: Labios Abiertos (Trujillo 1979), cuya autoría pertenece al suscrito. Asimismo, Manuel Ibáñez Rosazza lo consideró en la antología El ¨Ärbol en la Literatura Cajamarquina (Tomo II,1979) y en la antología Rostros de eucaliptos descubiertos por la luna (1981).
Posteriormente, Luzmán Salas reseña y critica la poesía de Fransiles Gallardo, en el acucioso y pionero estudio de la literatura regional: Poetas de Cajamarca (1986).
Por sus destrezas en el uso de las palabras, Fransiles Gallardo destacó y auguró méritos que debió cultivar y practicar bajo su responsabilidad en el tiempo. Sus poemas aparecían en revistas y diarios de la capital y provincias, a la vez se anunciaban títulos inéditos. Pasaban los años y la duda de la deserción, provocaba alerta en sus lectores.
Manuel Ibáñez Rosazza, había escrito: Fransiles Gallardo tiene en varios de sus poemas una cierta identificación con el ambiente de la ciudad, a la que le toma determinados elementos materiales para darle una categoría metafórica, mas no solamente efectúa una atisbo objetivo y transeúnte sino que concluye en algo sensibilizante. El ámbito rural, tan caro a él por su fluencia en Magdalena, límpido y soledoso distrito cajamarquino, también le inspira otros poemas, no con una mera impresión nativista sino dándole una significación especial a los elementos campestres … (1).
Ahora después de dos décadas, nos ofrece su primer libro de poesía VENTISCA tu (des)amor. En éste aparecen poemas de vieja cosecha y otros últimos, de inusual frescura.
SE HACE CAMINO AL ANDAR
El texto que nos convoca, en su fondo, es la expresión propia del más cultivado amor, realizado a fuerza de encuentros o desencantos, como lo son todos. Es el amor en sus dimensiones: Familiar, conyugal, fraternal; el que se convierte en excelso canto de humanidad y que proviene de la enamorada sensibilidad y paciente escritura del poeta Fransiles gallardo.
Un canto que desde la elegía y épica amatoria se vislumbra como iluminada razón de la existencia compartida y que se cristaliza en la pareja e hijos.
Como Ruiseñor en madrugada comienzo mi canto sorprendido, es la primera parte del texto, en la cual el poeta inclina su lira ante la Dulcinea que lo atrae e inspira esa cantata lírica de románticas imágenes:
NUNCA quise
Nunca pude
Resistirme a la tentación de tu mirada anhelante
y tus labios suplicantes
allí siempre perdí
allí siempre gané
El amor es la constante temática en sus escritos y se va desarrollando en sus variadas conductas: celebración, entrega, armonía, desencanto y desilusión:
NO me interesa nada absolutamente
Bienvenido tu cuerpo fresco
Abierto como ventana al mar
Y también es un canto de fe y esperanza cuando el poeta expresa:
Tus retornos son vino helado
y tus eternos ojos eternos oración de fe
Esta poesía de amor se diferencia de otras que abordan el mismo tema, por cuanto es un lenguaje directo que la preceptiva literaria muestra como la madurez sicológica y mental del autor, con un estilo que colinda con el surrealismo y, acaso, Paul Eluard.
No solamente usa las figuras literarias en la comparación y exaltación, sino que, a veces se preocupa y logra ofrendar un mensaje de valoración a la mujer amada, lo cual dista de cualquier creación inicial.
Sobre tu recién sembrado césped recuesto mis fatigados huesos crepusculares y Camino sin prisa sin calma hacia el olvido, son el segundo y tercer apartados del libro, respecivamente. Estos están constituidos por temas familiares: el padre, la madre, la amada, el pueblo y sus impresiones costumbristas.
El poeta caminante vuelve al origen de su camino, a través del cual recurre a la sensualidad y la nostalgia, para reencontrarse con su condición humana y posición de clase labriega, los cuales muestra como emblema.
El lector se sentirá gozoso de leer estos poemas, con remembranzas al lar natal y que evocan también la vida colectiva, en especial a su existencia e iluminado entorno personal, tan caro en él.
LA vida de un hombre se parece mucho
A un bejuco
O a la ajada rodilla del zapatero
Que a la vuelta de la esquina mora
Es estas instancias del libro, campea la reflexión ontológica por la especie humana y su condición de hombre de pueblo, que se expresa diáfano:
RETORNO calendarios hasta antiguas querencias
Como el limosnero a su esquina de costumbre
Luzmán Salas lo considera: Un poeta romántico, de emoción eglógica, telúrica, nativista; busca imágenes plásticas para la descripción objetiva y la exteriorización de sus sentimientos (2).
En suma el análisis del texto desde la perspectiva del tema y cada uno de sus elementos de expresión y sus significantes; traducen la actitud del autor, en cuanto recrea su realidad espiritual confrontada con el uso del verso libre, prescindiendo de los signos de puntuación y que le demandan, obviamente, el manejo satisfactorio del ritmo interno de los poemas.
Ante lo manifestado, consideramos vigente nuestra primigenia apreciación:
Luego de un proceso de quemarropa: el silencio da rienda suelta a su segura palabra. Ahora, luego de haber superado un retoricismo casi vano, seha dirigido a la fluidez de la expresión que de alguna manera perfecciona su estilo. En el gas de su controlada angustia enaltece su sensibilidad, comunicándonos su emoción de grado amoroso, encomiable. No ólo el amor le ha ganado, sino que por su procedencia no deja de ser costumbrista. Entre sus temas: la decepción y la añoranza da cabida a otros. Amigo de la meditación, no áspero ni desatento, por el contrario es elocuente y agradable como es la forma que va logrando a constancia y golpe serio. Poeta de cualidades a las cuales recurre para mostrarse comunicativo y formalmente avanzado. Su poesía es bella, sensual y rítmica (3).
El poeta redondea su libro, talvez con la frase más desgarradora y lacerante de su alma creadora: Por la puerta que entré vuelvo a marcharme, tan común y tan costosa entre los humanos de todos los tiempos. Marchar, siempre marchar, el eterno caminar del caminante.
Sin duda Fransiles Gallardo decidió editar su palabra, y con este libro VENTSICA tu (des) amor despeja la duda del silencio; mostrándonos su calidad y coherencia en el oficio literario, como buen caminante que sabe de sus fortalezas y oportunidades.
Ahora sí, caminante, los caminos por ti descubiertos, esperan tu permanente caminar.
Bethoven Medina Sánchez
Trujillo, septiembre del 2004
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1.- Ibáñez Rosazza, Manuel, Rostros d eucaliptos descubiertos por la luna. Cajamarca, ediciones Universidad Nacional de Cajamarca, 1981, pág 08
2.- Salas Salas, Luzmán. Poetas de Cajamarca, Editora los Andes, Cajamarca, 1986, pág. 340.
3.- Medina Sánchez, Bethoven. Labios Abiertos, ediciones Sudamérica, Trujillo 1979, pág. 43.
A mi mujer,
Con amor y gratitud.
A mis hijos,
Con amor y esperanza.
A mis hermanos,
Por los que se fueron.
Dame un jarrito de agua
que vengo muerto de sed
ay corazón.
No tengo jarro no tengo vaso
ni en que darte de beber
ay corazón.
Dame tus manos beberé en tus labios
que son más dulces que la miel
ay corazón.
(canción aprendida de Angélica Luzmila
Mi ausente mamá)
como ruiseñor en madrugada
comienzo mi canto
sorprendido
SI mi voz no es digna de su oído
no es tu culpa sangrante piel sangrante
la culpa es mía
por no saber cantarla
por no llegar con la pureza del rocío
COMO
apretar entre los dedos
el vuelo del colibrí
sobre los sausales del río grande
como
cincelar girasoles
con manos a la espalda
y ojos sin luz
como
atrapar de volada el canto del zorzal
en madrugada
como
penetrar al bosque de la vida
y sin machete
derribar árboles de grueso tallo
como
describir los poros de tu piel
sin palabras sin sonidos
sin pinceles sin espadas
sin champaña ni esperanza
NUNCA quise
Nunca pude
resistirme a la tentación de tu mirada anhelante
y tus labios suplicantes
Allí siempre perdí
Allí siempre gané
PARCELASTE mi memoria y te apropiaste de mis predios
a cobre ardiendo
por encima del recuerdo de otras leyendas
distintas historias
ajenas querencias
que amé habité poblé
deshiciste sus huellas sus caminos sus nostalgias
haciendo que en cada otoño
los olvidos se volvieran olvidos
de los olvidos
UNA mañana de blancas begonias
y silencios idos
rendida de nostalgia su horizontalidad reposaba
tiernamente me recosté sobre la hierba
y amé sus bordes sus sueños lentamente
como la raíz del eucalipto a la tierra nueva
lacerando soledades
llenando de rojo sus praderas
y azul intenso sus arbustos frescos
LEVANTEMOS un alto muro para que no arribe la noche
nuestro será el día el viento sus contornos
dame tu mano y llegaremos al sol
atrapando su fuego
perdurables serán nuestras raíces
el alba y su belleza anidarán en tu retina
de la luna y sus menguantes
hablaremos en tertulias bohemios de nostalgia
sin abismos sangrante mi piel sangrante surcará el silencio
si llega hasta ti
habítala en tu pecho
TRISCA trisca
ventisca tu desamor
trisca trisca triscando
mi piel roja rosa roja
sangrando
corazón abierto
desierto
briznas de soledad
anidando
trisca trisca triscando
mi piel rosa roja sangrando
agonizando
llego a ti
sollozando
LAS mujeres son como las combis y sus viajeros
las hay de toda la vida que van del inicio al fin
y siguen la vuelta
las que se toman a medio camino por trechos
circunstancialmente
las que te incendian el alma revuelven tus entrañas
se toman en una esquina se bajan en la siguiente
y no vuelven más
TU compañía es como el suelo de mi tierra
fértil cálido generoso
donde crecen las plantas
más frondosas
fecundas
esbeltas
olorosas
AMADA
no eres simple posada
eres
l
a casa que habito siempre
TE ofrezco humilde
una centenaria casa de puertas amplias
y ventanas estrechas
donde libremente
puedas entrar y salir
un árbol con un millón de hojas mi pecho abierto
donde simplemente
tu cansancio dormitar
CABELLOS en abanico flotando al viento bandera dorada
grácil junco de latinas formas y corazón de metrópoli
agresivos jeans desteñidos ajustando manzanas de fuego
no interesa tu nombre fresca es la mañana y tu andar gatuno
son dieciocho años amazona debutante de la vida
coqueta sonríes saltarina cruzas la verja de mis vividos años
silencioso el revolotear de tu casi inocencia miro
y
sin sospecharlo siquiera
escribiste un poema
PERFUME a malvas y retamas agua de piel
alba pronta a los rayos del sol siempreviva
bajo el incendiario se colorea la vida
soldadura frágil de un yeso sin elaborar
recién pintada mariposa de frescas mañanas
en antiguos carbones de mi hoguera siempre fuego
arderá tu carmesí tulipán de albores nuevos
PORQUE contemplas
en el arco iris colores nuevos
pintamos de verde las sementeras de junio
el silencio y su provocadora soldadura
los eucaliptos la mesa limpia tus llanuras
la nostalgia que recuerdos escarba
la soledad que nos envuelve como niebla
diferente resulta la tarde sin su nuevo color
yo
tus ojos prendidos a mis anteojos de carey
el parque y sus columpios nuestro abrazo
el hijo recién llegado
santa apolonia
sedientos tulipanes sangrantes
desesperados
reclaman el almíbar de tu piel
NO me interesa nada absolutamente
bienvenido tu cuerpo fresco abierto
como ventana al mar
en esta inmensa soledad que me derrito
solo tus manos de limo dibujan en mi espalda
leyendas de otros tiempos
en este vasto desierto sin verde ni azul
tus retornos son vino helado
y tus eternos ojos eternos oración de fe
EN el cuenco de tus manos el universo nace
miro
el atardecer y el valle que se inicia contigo
la montaña donde fundé un pueblo y escribo un poema
la iluminada vitrina y ese café café inalcanzable café
el pequeñín de la bodega que se parece al hijo mío
releo la arqueología familiar y no me encuentro
el pasado es un panteón donde insomnes canarios
murmuran de nosotros
aún vivo
el cuenco de tus manos me lo dice
ERAS
temprana en mi huerta mojada por las lluvias de febrero
saludo alegre de las perdices al alborear el día
sementera de mayo amada por los labriegos
habitual en la paterna casona y sus maizales de junio
en las colinas que nos aproximaban al río grande
en los cumpleaños alrededor de la vieja mesa
continua en mis manos ciñendo tu talle de girasol florido
junto al lucero halado tiernamente de tu mano
en mi nubil canto
de adolescentes despertares
E
ERES
E
S
el gran cometa
yo
tu cola
que da claridad
desbroza penumbras
andil en tu camino
brasa en tus silencios
ERES
la nube del mediodía que atraviesa el azul de mi pueblo
densa
caprichosa
inaccesible
con ayeres sin rosa de los vientos buscando mañana
sin una ilusionada hebra de perennidad
que dúe tu vuelo acompañe tu ignota travesía ignota
extienda su sombra
al sol abrasador
ERAS
como te quería siempre
no
como eres hoy
fin
final
finalmente
LA esperanza
se fatiga de esperar en vano
cansa a la noche el gemido continuo del silencio
duerme en los ojos de un ciego
fraguadas quimeras
eres
un sueño
sólo un sueño
talvez un delirio
tu forma arrancada
a mis manos sin fuerza
en la lejanía
el encierro torturante de tu ausencia
como imán me atrae
inexorable
TUS ojos muestran la urgente necesidad
de ser amada
desolación desamparo reflejados tiemblan hacen temblar
sólo ama
te digo
simplemente ama
sin esperanza de respuesta
amar es una decisión no un sentimiento
el amor llegará de puntillas
sin notarlo
sin quererlo
sin buscarlo
MIRANDO los eucaliptos
tu forma es simple
aun así
las cuculíes no tienen arpones
para violentar tus sueños
eres inflexible
no temas
las negras nubes no son de siglos
la aurora en su mochila traerá
manojos de palabras racimos de hierba buena
pronto
ERA feliz durmiendo al borde de un abismo
pero enajenaron mis sentidos su visión cotidiana
mi verso de molle desgajado
no cantará más tu ventana
y sus temibles fierros temblarán con mi silencio
nada de lo tuyo queda en los bolsillos de mi casaca
ni tus tiernos ojos verde agua
que lamían mi tristeza
LOS gansos de abandono y soledad no lloran
mueren simplemente
así soy
enamorado ganso
habitante de territorios no fundados
tendido en el jardín de tus día
como lombriz cansada
blanca es tu alma vestida de geranios
carcelaria sombra el junco que me ata a tus sandalias
nada queda por decir
de abandono y soledad no lloro
muero simplemente
TEMPESTAD de gestos miradas insondables
oquedad en las palabras
instantes de voces silencios de guerra
violencias nuestras que ensanchan abismos
nada queda ya
recojo una a una
mis tristezas mis marchitos sueños
mis desesperanzas
por la puerta que entré
vuelvo a marcharme
NO puedo convivir contigo
esta unión es tormentosa calcinante dolorosa
un quiste haciéndose maligno
tu angustia
a mi soledad no se acostumbra
más
VETE de mi vida
despacito
de puntillas caminando sobre el césped
para que mi angustia no se entere que te fuiste
sin lamentos sin reproches
sin el vacío de las horas tristes
resbalan de mis dedos
tus labios de agua dulce rostro de niña buena
la noche llevará tus pasos
el sol dirá que ya no estás
amaneceré ciego
sintiéndole
seco río seco roca fósil tallo inerte
ve tranquila
musitando entre dientes inundación de rabia contenida
plegaria muda a flor de aliento
ve callada
no permitas que el silencio diga cosas no pensadas
seguiré creyendo un espejismo
tu figura de olivo joven
camino del olvido
NI una lágrima un hasta pronto ni un adiós
un boleto de viaje el agrio descontento tu apuro en el zapato
tu alborotada cabellera alejándose presurosa de mis ojos tristes
taconeando prisas entre la multitud
un minuto que debieron ser tres
que pudo ser un año que debieron se diez
una simple disculpa tan sólo un segundo la eternidad
la altivez de garza herida desbordando tus pupilas
sin una lágrima un hasta pronto un simple adiós
un bus perdiéndose en el verano de las dos
corriendo tras sus ruedas dejándote partir
CUANTO más me alejo de tus ojos
cuanto más las nostalgias crecen
cuanto más exijo olvidos
cuanto más reclamo los retornos
ME iré de tu vida para siempre
pasado el tiempo de tu espera
el que tu corazón soporte
distancias atardeceres vacíos
angustias tragedias
penumbras soledades
y furores
EL no devolvió la llave
ella no se lo pidió
el pensando que le iría mal
ella soñando que pronto regresará
CUAL travieso niño en hora de recreo
he apostado canicas al amor
y bien ganado tengo que tus pardos ojos de alondra me regañen
vuelve
con un ramo de ciruelo entre los dientes
desnudo como esta madrugada
en un potro blanco traeré tu nombre
tendrás
frescas las manzanas de eva que la aurora mece
incienso y mirra que los pastores te ofrecen
no importa de abejas de otras latitudes
exijan la miel que les negaste
bajo mi piel guardo un imperio inconquistado
donde reposan golondrinas
pastan apacibles los corderos
desangrado
espero
AMÉ tu rostro de líneas hermosas
bellas limpias transparentes
los años la ventisca el tiempo lo moldearon
bondadoso lúcido apacible
al que sigo amando
seguiré amando
siempre
por siempre
amén
sobre tu recién sembrado césped
recuesto mis fatigados huesos
crepusculares
NO me toques
soy alfarero
no me toques
soy ceramista
no me toques
soy artesano
no me toques
soy picapedrero
no me toques
el amor no es amor amando
si el fuego no graba la piel
CUANDO las hormigas de la pasión recorren
el espinazo de una mujer
todo está decidido
no hay ni habrá fuerza humana sobrehumana
que impida la decisión de ntregarse
a su hombre
solamente a su hombre
FLOR de cactus
mediodía estival
venus lineada con arabescos
racimos palpitantes
el oro quemado de tu cabellera alborotada
manto interplanetario rozando
hombros
cuello
garganta
rostro
universo de algas
y caracolas en extendido riego
tu cuerpo
largo declive plasmado en óleo con perfiles curvos
elevándose en nubarrones y formas
ojos
labios
senos
muslos
pies
grabados en carrara
con hachas de fuego
cataratas
de luz
TE dibuja el yeso de mis manos y estos ojos
labran la corteza de tu esencia
pequeña armazón de limo y agua florida
donde nace mi soleado canto
afirmada mujer al rumor de las aletas del tiempo
y al sacrificio de los versadotes en destierro
HAMBRE DEL HOMBRE HEMBRA APETECIBLE
tus ramas satisfacen el deseo último de los suicidas
tu cuerpo plenitud del viento a diario alcanza
la calma de los sauces
después del vendaval
MI corteza de fiero espino te la daré
LONGITUDINALMENTE
para que febriles tus mano
escriban con martillo y cincel en su amplitud
a hierro y fuego en su extensión
la más hermosa balada la sinfonía no interpretada
el poema que tus labios no engendrarán
jamás
ERES vino seco cosecha exclusiva degustada al tiempo
disfrutándolo sorbo a sorbo
fundiendo leño a leño el agitado fuego
que llamea perturbador
dentro de ti
calcinando el glacial tapizado en tu piel
ESTACIONARIA la verás naufragada barca
espacio del tiempo del viento del frenesí
despeinando calendarios mirando eterna al sur
sola
en los escritos de fuego brasas apagadas
sólo tuya
esperando tu falda gitana de fucsia estampado
puerto primero de tu horizontalidad y tus gemidos
al fondo
sobre cuatro leños ardiendo guardianes de tus flores
sangrando mi piel
en este rincón
te aguarda
TUS formas pintadas de rojo intenso
llevan hasta mis sábanas
tu cuerpo tus muslos
tu sexo
rozagante hendidura envuelta en tupido follaje
buganvilla tierna de tus carnes sublimación y cascada
argentos muslos abismos de vida
donde fugitivos canarios entonan sucanción triunfal
plenitud de cuerpo sinuosos perfil
apretado al peso de mi peso y mis desvaríos
formas informes
cotidiana revives leones y tigres
tulipanes y begonias el deseo y la piel
TUS arterias prenden mi sangre
con el trinar de tus violines
combato cuerpo a cuerpo
armado como caballero medioeval
lanza al ristre
penetro
como el sol por el poniente
a veces el himen no basta
hay que hurgar lo prohibido
para cantar los salmos de avid
TUS muslos tienen el amanecer de marzo den la piel
y aroma a durazno maduro
que guía el camino de los navegantes
cortezas amplias
tus muslos
riberas sinuosas donde mis liebres sacian su lujuria y su sed
bajo tu vientre una mata de floridos tallos
anuncia praderas y grietas donde el sol no llega
son dos caminos limpios que a diario me llevan
a un pueblo que de memoria conozco
tus muslos
laderas y acequias de bordes ovales
sorben cotidianos el calor de mi vertebrado corazón
buscando en los resquicios de tu hermosura
los campos fecundos y agrestes
de mi tierra
agreste y fecunda
DESCUBRO palmo a palmo
la ondina topografía de tu cuerpo
supremo instante en que accidentado el sol
muestra parajes no conquistados
te descubro pausado tiernamente
deshojando margaritas de tu carne
tímidos dedos perdidos en llanuras y grietas
son tus sedas que al fragor de mis uñas resbalan
primaveras blancas que asfixian al piso
con la feria de tus flores
te descubro absolutamente
con mi bisturí de hábil cirujano
y te encuentro renovada siempre
cantando avemarías negras
mientras cuento los minutos y paisajes en tu espalda
te descubro inmensamente entre la niebla de mis campos
te descubro y descubres lienzos nuevos en mi piel de papiro
eres la vieja puerta que al sur de la estrella polar
que se estremece tiembla susurra se agiganta y enloquece
con la voz del verano en tu garganta
NUESTRO hijo será un construido poema de medianoche
tendrá en su piel tus ardores de ese anochecer
y sus ojos tuyos guardarán mi ternura de ese amanecer
tendrá tu rizada cabellera y mi frente amplia
llorará con tus lágrimas y reirá con mis carcajadas
caminará de mi mano y besará tu frente
te cuidará de los hombres y te protegerá de la vida
brillante como tú bohemio como yo
será más de ti menos de mí
será como el viento sin fronteras gustará de las flores
de largos silencios ausencias reencuentros
amador del mar
se mojará de lluvia y soledad
perseguirá lo imposible lo eterno lo que nunca será
soñará como tú vivirá como yo
será más de ti menos de mí
le dirás que me aparecí de pronto caminante sin norte
sin cabaña fija
invadió tu soledad se apropió de tu angustia
liberó tus fantasmas
escribió el más hermoso poema
en el libro abierto de tu piel
que llegué con la noche me marché de madrugada
dejándote un sueño un retrato una nostalgia
será más de ti menos de mí
como esta soledad
A Blanca Aurora
Mi mujer
EN tu vientre amplio tallo recién cortado
pequeño punto fue creciendo creciendo creciendo
hasta hacerse inmenso en la dimensión de tu espera
todo estaba listo aun mi esperanza
el biberón la cuna tus afanes de madre nueva
el acrrito a ruedas los pañles bordados
las botitas de lana que presagiban canciones de adentro
y tu no se que hacer para bañarlo
tu llanto fue clarín de vida al alborear el día
con un ramo de ternura entre las manos
esperaba
ABIERTAS tus manitas corrías
detrás de los zorzales altos eucaliptos gaviotas playeras
flotabas sobre los sauces de caxamarca y estrellas marinas
entre caballitos de mar y peces de arroyo
en la rosa que regalé a tu madre
germinaste planta recién habida
llegaste
piel curtida por caminata de años
cerrados los ojos relámpago de medianoche
crispados los puños
como todos los niños
ven Xavier
aún quedan historias por contarte
A Joseph Arturo
NO tan aprisa pequeño amigo
sobre tus hombros aún gira el mundo
tuyo es el banco que ocupaba mi padre
el arado y su lápiz la alforja y su antara que tocó de niño
los maizales de junio y las mil y una noches
la rosa e los vientos que acomodó su paso
hay un archivo en blanco que espera tus líneas
alzando tu nombre como luna plena
hasta la altura
de tu propia estatura
TALVEZ fui
quien aumentó tres canas a mi madre
profanó la sangre del cristo yacente
amargó el vino de un brindis
soliviantó canarios y rosas con cascadas de luz
espolvoreando soledades y angustias por doquier
caigo wendy en espiral kory a velocidad solar wendy
vengan a salvarme vengan pronto
pronto
que me asfixia la soledad
Para angélica Luzmila
mi ajada mamá
mucho antes de su ausencia
MANOJOS de años y alfalfares sin verde
destiñen tu cabello de negro intenso
y los bastones no alcanzan a elevarse a tu propia altura
zheta luz
junto al achiote se quebró tu voz de torcacita a medio vuelo
recordando
azules humos fogones tibios frazadas limpias
el fértil campo y sus sembríos inmensamente tuyos
los ausentes hijos que acaparaban silencios y ternura
cuanta soledad albergan tus alpargatas chocolate
y esas manos fieras que sabían de flores y pasto fresco
cuánta amargura por la fácil risa de las sobremesas
junto al fogón
que hoy entristece hasta endurecer el alma
la casa es amplia para tu andar cansado
y muy grande la mesa con sus bancas vacías
envejecen tus ollas como tu vestido floreado
yo
encanezco en otros pueblos
solitario distante y sombrío a las arrugas de tu frente
como esperada lluvia que no llega
nunca
camino sin prisa sin calma
al destierro
hacia el olvido
SER como los pájaros
disfrutar del infinito azul de otros cielos
retornar a los árboles queridos
posarse en sus ramas
colmar esta soledad
con las cosas que amamos
siempre
TRANSPARENTE agua de un estanque
angustia incierta dormida en media calle
golondrina nacida en un hogar de espinas
ambulante soledad de higuerilla
alba hamacada entre pedruscos y naranjos
adherida a sillas cantineras y etiquetas de cerveza
desconsuelo
en la inmensidad esperas
una mano un simple papel una estación abandonada
tu nacimiento y tu partida
LEÑADOR
ve al bosque
y corta de raíz los tallos tristes
mejor no
déjalos que besen al sol cada mañana
no los reprimas leñador
que a diario abran sus pétalos al viento
aunque sus flores sean tristes
sus semillas son fecundas y son bellas
leñador
préstame tu fuerza
para expulsar de mi verso la neblina
mejor no
dejémosla que sobreviva
que fragancia matutina su aridez terrena
y su afilado acero aún mantenga
el viento la soledad nuestros tiempos los caminos
UN necesario café sube en ascensor y no se detiene en el piso mío
se aleja en el suspiro de un rosal recién cortado
viento aquel que lleva en su latido el recuerdo de este instante
donde bocanadas de tristeza desperdigan
la singular voz de alondra herida que en esta vacía taza mora
un café Express al borde de este desfiladero
es arrebatado de las manos mías
como el negado beso de la quinceañera muchacha de mi pueblo
desfilan interminables tazas de café en alineada fila india
delante de la esculpida arquitectura de mis ganas
los buitres de mi hambre se llevaron mi penúltimo centavo
dejando en su ausencia las ganas terribles de alquilarse
al bardo amigo que de lejos saluda nuestro paso
al maestro y su cabaña que cobija esta soledad a diario
a la amada que en su bolso de cariño lleva una sonrisa ajada
las ganas inefables terribles ganas de venderse
no por el bíblico plato de lentejas que la historia cuenta
sino por humeante café Express de negra hermosura
pero ahora
LA vida de un hombre se parece mucho
a un bejuco
o a la ajada rodilla del zapatero
que a la vuelta de la esquina mora
es a veces una espina
o un palo gallinero
es un poema no escrito
un café express al borde de un desfiladero
o una esquina pintada de azul
por el alba que el sol calienta
es saciarse de las caderas de la mujer deseada
y despertar mojado
es como mi pueblo
mejor dicho como su río que lo parte en dos
sin agua con piedras sin peces con musgos de amor
la vida de un hombre se parece mucho
a un papel en blanco
a ti a mí al vecino
al nudo en la garganta
que me impide morir
RETORNO calendarios hasta antiguas querencias
como el limosnero a su esquina de costumbre
desde mi partida ya nada es perennidad
sólo el viejo cabildo sigue enraizado igual
la cantina de tertulias la calle y su tristeza centenaria
los naranjos de fuetes ramas con sus nidos
los gallinazos tiernos de mi barrio y sus canciones
en mi ausencia el tiempo aligeró su trote
tan sólo el aire tibio de mis madrugadas
de aguardiente luna llena serenatas
Parece ser el mismo
EN polícromas alas viajan fraternas letras mías
lejanas latitudes tienen nombre de querencias entrañables
na línea o un continente de palabras
es sangre mía vertida de un puño tembloroso
mi brazo extenderá su mano y palmeará un hombro
otra vez mi presencia no se habrá ido
comentarán buenas nuevas se hablará de este ausente
el que dirá de su vida se dirá en muchos tonos
mi andar cortito mis lentes de miope mi casaca incolora
brillarán doblemente
VESTIRÉ de negro hasta enlutarme el alma
sin dejar un espacio en blanco me teñiré de noche
taparé
las rendijas de la portada
ventanas y balcones de nogal que dan a la calle mayor
los hoyos del piso y los vidrios de mi corazón
más que nunca amaré
al jilguerito que en su jaula enmudeció su trino
los socavones grises donde enmohecen algunos huesos míos
al enredado azabache de tu marino cabello
el carbón de tus ojos que se niegan verme
en tu libro de historias
la mía quedó fuera
por siempre
para siempre
BAJO el puente de mi vida han discurrido
aguas y tiempos cañadas y silencios fuegos y peñascos
agua de sed de fuego de cañadas del río retama en mayo
de tiempos de silencios de peñascos del chilango en julio
capullos florecieron
pétalos se marchitaron
jardineros fuimos
y almácigas cultivamos
también algunas orquídeas deshojamos
UNA tarde cualquiera cuando el sol de pone
tímidos nudos golpearán tu puerta preguntando
por este saco gris una chompa oscura un libro ajado
unos lentes de ciego atrapados en un rostro antiguo
un paso tardo y unos zapatos sin lustrar
no importa quien sea
pero alguien tocará tus vidrios por estas señas
diles
que fui una tarde a encontrar una palabra para definirte
a buscar en las hojotas de mi padre
el momento de su inicial ternura
vendrán
en insospechados rincones de tus bolsillos
en arrugado papel con ilegibles letras
tendrás mi nombre y mi dirección completos
dáles por favor dáles
por la puerta que entré
vuelvo a marcharme….
CONTRACARÁTULA
Tórrido y tremendo es el paraje natal que le dictó al poeta las primeras palabras, que le proveyó de los primeros elementos con los que iría a construir su obra y su vida.
Yo veo en la poesía de Fransiles Gallardo la sabiduría de los grandes tejedores andinos: hilvanando nostalgias, forasteros sentires, pasiones desbordadas con los polícromos y agrestes referentes de su geografía espiritual, Fransiles Gallardo logra retrotraer un pueblo y con él un sentimiento, un modo de ver la vida, una particularísima forma de cantar.
Allí reside la originalidad y el aporte del poeta. Sin imposturas, con la honestidad del arte verdadero, el poeta convence a la fronda distante y juntos pasan revista a la desgarrada trayectoria del migrante que es, afincado en Lima.
Entonces, no queda sino echar mano a la nostalgia. Y el viento y las cañas como los viejos y polvorientos caminos del pueblo de Magdalena, si saben de nostalgias.
Angel Gavidia