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La corrida de toros

Por: G. Guillermo Silva R.

El diccionario de la «madrastra” patria (RAE) define como: conjunto de toros que se lidian en una corrida. Definición bastante pobre. Aunque conocemos que la crueldad que existe en las corridas de toros es aterrante, una práctica miserable, es una tortura, desde cualesquier perspectiva que la quisiéramos enfocar. Una tradición española principalmente, de Portugal, del sur de Francia y en algunos países de América Latina, tales como: Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela.

En Francia existen dos asociaciones, el CRAC Europa (Comité radical anti-corrida) y la FLAC (Federación de luchas por la abolición de corridas). Incluso estos espectáculos están definidos como un delito en su Código Penal. Pero, otra parte de la población, lo defiende como un hecho de acuerdo a su tradición. Algunos argumentan que las corridas vienen desde siglos atrás y defienden la crueldad a estos animales, incluyendo a los caballos y sus picadores, los cuales también se encuentran en el ruedo.

En los galos, la mayoría de la gente está de acuerdo con la abolición de las corridas. El poco porcentaje que la defienden, aducen que estas simbolizan el progreso del hombre primitivo y de su instinto de conservación (sic). Argumentan que, el toro es el revelador del valor de la persona, la cual se enfrenta al riesgo y peligro de su existencia (sic).

Igualmente, aducen que, los toreros han escogido de entrar en la arena y saben del riesgo de perder la vida. Tal vez, como lo hacen los paracaidistas, los alpinistas, etc. aunque me parece que es diferente porque estos lo hacen solos, con su propio peculio, sin que haya gasto del dinero público. Si piensan que las corridas ayudan a la economía local, es completamente falso. Los toreros ganan muy bien y los toros cuestan un dineral. ¿Quién se llevó la torta? ¿Quiénes pagaron todo esto? Y todavía aplaudimos…

El Comité de derechos de la infancia de la ONU, recomienda la interdicción del acceso de menores de edad a la corrida de toros, por los traumatismos que conllevan y la demostración de la extrema violencia. La tauromaquia no es cultura, ni tampoco arte.

Me parece que, en los pueblos de la Sierra, de nuestro folklórico país, no tiene que construirse más plazas de toros. Ese presupuesto cabría mejor en una escuela rural o en una posta médica. Estos cosos taurinos, después de las tardes de “sol, sangre y arena” que generalmente son dos o tres días al año, pasan a ser elefantes blancos,  con muy poca utilidad positiva y constructiva para la población (gran baile social o corrida bufa). Donde haya estas plazas de toros, convertirlas en plazas deportivas, adaptando el techo y donde se pueda practicar, ya sea: basquetbol, voleibol, fulbito, bádminton, tenis de mesa, etc. O un centro comercial como lo ha hecho la ciudad de la primavera, Trujillo. En Lima, parece que la plaza de Acho es un albergue.

Nosotros no iremos a la corrida de toros, pagar por una escena ridícula, no vale la pena y por la tradición o costumbre, que solo nos recuerdan que no progresamos. El derroche de dinero es absurdo, habiendo otras prioridades, ya que las licitaciones para los toros las hacen en marzo, entonces, ya sabemos que, si habrá corridas este 2022 en Cajabamba, pero, lo que no debemos aceptar es que pague el gobierno local por los toros, que lo organicen los peruañoles y paguen alquiler por el coso e impuestos por las entradas. Punto final, pero sin panorama, porque no hay cuarto poder.

 

Guillermo Silva

24/09/2017

Actualizado el 01/03/2022

Bibliografía (referencias):

https://www.anticorrida.com/

https://flac-anticorrida.org/une-grande-agence-de-communication-et-la-flac-condamnent-la-corrida/

 

 

 

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