EL BOOM DE LOS LIBROS PARA ESCUCHAR

Textos en audio y ejemplares digitales son la nueva apuesta de la industria editorial, para lectores ocupados que sólo miran el celular

 

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ADRIANA LORUSSO

Editora de Cultura y columnista de Radio Perfil.

 

El libro es el formato tradicional que mejor ha resistido las consecuencias de la revolución tecnológica. Mientras el resto de las publicaciones en papel sufren su mayor crisis desde la invención en la imprenta, editoriales y librerías han mantenido casi intactas las bases de su negocio.

Hoy, sin embargo, crisis mediante; el libro busca nuevas formas de acercarse a los consumidores, en formatos más económicos, accesibles desde el celular y adaptados a un lector asediado por la gama más diversa de contenidos multimedia.

El audiolibro es una de las novedades que presenta la industria editorial. Si bien existen desde hace tiempo, en la actualidad las empresas del sector apuntan todas sus energías para ponerlo en primer plano. Otra novedad son las ediciones digitales producidas estrictamente para ser consumidas en computadoras, ebooks y celulares sin atravesar el estadio del libro en papel. Textos breves, pensados para leer en diversos contextos, lejos de la tranquilidad de la casa o la oficina.

En esta nota, contamos las características de estos nuevos formatos, cómo se producen y la experiencia de lectores y escritores. 

Para escuchar. “Desde hace un tiempo tengo que viajar varias horas en transporte público. Con el audiolibro, cierro los ojos y logro meterme con mayor intensidad en la historia”, explica Guillermo, consumidor reciente del formato. Como él, hay lectores que aprovechan para hacer otras tareas mientras escuchan una buena historia -ordenar la casa o correr en el gimnasio- y cada vez son más los que prefieren sentarse simplemente a disfrutar de un buen libro. Para otros, como señala el escritor Guillermo Piro, el formato tiene virtudes pero también defectos insoslayables: “No se puede subrayar, la memoria fotográfica no existe; volver unas líneas atrás, porque no la entendimos bien o para disfrutarla por segunda vez, está excluido porque es demasiado incómodo y complicado”.

Aunque todos los géneros literarios son aptos para esta nueva forma de leer, un relevamiento realizado por el Grupo Planeta indica que la novela policial, el género romántico y los libros rotulados en la categoría “desarrollo personal”, suelen ser los más requeridos en audio. Tal vez, porque son más sencillos de seguir sin el papel delante.

 “'Ágilmente' de Estanislao Bachrach es un bestseller en audio-explica Catalina Lucas, directora de Estrategia Digital de Penguin Random House-. Pero es difícil generalizar porque el catálogo disponible es bastante menor que en otros formatos”.

La producción es meticulosa. Se hacen castings de voces, cada ejemplar tiene un director de producción y, en cuanto al acento, se busca que sea el mismo del mercado donde va a lanzarse el libro. Si se trata de una traducción, el tono es neutro. También hay escritores que leen sus propios textos. En la Argentina, es el caso de Julián López y Gabriela Cabezón Cámara.

 “Grabé el audiolibro de mi última novela 'La ilusión de los mamíferos'- cuenta Julián López-. La experiencia de leer mi propio libro, fue muy extraña. Pero me gustó, me parece que quedó muy bien”.

Cabezón Cámara narra una vivencia similar. “Grabé mi novela 'La virgen cabeza', que tiene 10 años. Leer en voz alta genera una sensación extraña. Se siente un principio de distancia con ese texto que es tuyo. Además, leer un libro entero supone considerar cómo poner la voz, cómo respirar, una serie de habilidades que yo no tenía. Para el lector puede tener gracia el hecho de escuchar un texto leído por el autor”. 

Como dato de color, Catalina Lucas cuenta que en noviembre se lanza la primera coproducción internacional en audiolibro: la novela “Mamá” de Jorge Fernández Díaz. La grabación se realizó en Buenos Aires y en Asturias, sitios donde transcurre la historia. También se está produciendo el primer audiolibro sin versión en papel, cuyo autor será Adrián Paenza y contendrá problemas de matemáticas ideales para escuchar.

¿Cuánto se tarda en escuchar un libro promedio? Entre 8 y 12 horas.  “El consumo en nuestro país todavía es bajo para determinar cuál es el público del audiolibro -apunta Marina Tschiffely, responsable de Producto Digital para Cono Sur de Grupo Planeta-. En el mundo es un lector entre 25 y 40 años, que suele también escuchar podscasts y es usuario de plataformas de streaming”. 

El volumen del negocio respecto de la producción general de libros todavía es incierto, por tratarse de un rubro muy nuevo. Pero, por ejemplo, Penguin Random House tiene hoy un catálogo de 1000 títulos (respecto del catálogo general de 6000) y espera en 2020 lanzar 700 más.

Otro dato interesante es que el audiolibro puede consumirse de dos modos: a través de portales que venden el ejemplar uno por uno (Google Play, Audioteka) o por medio de un sistema de suscripción que por una cuota mensual promete lectura ilimitada (Audible, Storytel y Scribd). La plataforma argentina Leamos.com, por ejemplo, por 199 pesos por mes permite acceder a cientos de títulos (en lectura online o descarga) y además tiene producción propia de podcasts y artículos de importantes autores online. Todos ofrecen un período gratuito para probar la adaptación al sistema.

Lecturas breves. Otra novedad en la Argentina es la edición digital de ensayos, cuentos y novelas especialmente producidos para la web (no tienen versión en papel) cuya característica principal es la brevedad. La mayoría están escritos por grandes firmas del periodismo y la literatura. María Belén Marinone, editora del sello Indie Libros (del portal Leamos.com y la librería virtual Bajalibros) explica la idea detrás del proyecto. “Son libros de autores muy importantes pero que nacen digitales. Esta es la clave”, explica a NOTICIAS. 

Poder satisfacer la demanda de un lector que tienen menos tiempo y para quien el celular es la herramienta de llegada a la información es el concepto esencial de estos nuevos productos. 
“Tenemos más de diez colecciones. Por ejemplo, 'Grandes Autores para tramos cortos' de ficciones escritas de forma original, por Florencia Etcheves, Rosa Montero, Enzo Maqueira, Sergio Bizzio, entre otros. Y algunos de estos autores fueron los narradores de sus propios audiolibros -explica Marinone. #MiráCómoNosLeemos, lanzada en marzo, instala debates en torno a géneros, con autores como Franco Torchia, Alexandra Kohan, Hinde Pomeraniec, entre otros”. 

Penguin Random House, por su parte, tiene dos sellos estrictamente digitales: Flash, con textos breves de autores como Stephen King, Asimov, Alice Munro y Doris Lessing; y Selecta, dedicado a la literatura romántica.

Sólo una pequeña muestra del potencial de un negocio que crece hacia lugares impensados y que seguramente creará otros géneros, para los nuevos soportes. La ilusión es que el placer de leer no se termine y logre sobrevivir a la aceleración infinita de propuestas que el consumidor tiene hoy a su alcance. 

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Fuente: Noticias

 

Cajamarca, 02 de noviembre de 2019. 

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