JUAN TUME: UN EJEMPLAR COMBATIENTE

Gustavo Benites Jara*

Era humilde y sencillo, apasionado y transparente. Su vida estuvo signada por la solidaridad, la compasión y la entrega. Educó a sus hijos en la insubordinación contra todo lo que destruyera al pobre, al campesino, al obrero. ¿Cuántos padres educan así a sus hijos hoy? ¿Qué les dicen cuando van a la Universidad? ¿Qué les aconsejan en nombre de la prudencia, que no es sino a veces el nombre del egoísmo y de la cobardía?

Vino desde Piura a integrar los contingentes de lucha en las épicas jornadas del 2004, en el combate contra la corrupción: dirigió al comité de padres de familia que apoyaba a los estudiantes heroicos en la toma de la Universidad Nacional de Trujillo. Y allí le vimos día a día en las gloriosas movilizaciones que siempre serán un referente para que no se repita aquella nefasta historia y que jamás deben olvidar las actuales autoridades universitarias.

Fue dirigente de la Federación Regional Agraria de Piura y Tumbes  y de la Confederación Campesina del Perú; estuvo perseguido por los esbirros del terrorista Fujimori, pero no lograron encarcelarlo ni menos amedrentarlo porque siguió en su empeño hasta el fin de sus días.  

Fue un incansable político, uno de los fundadores de la recordada e histórica UDP (Unidad Democrático Popular), y murió construyendo día a día el Movimiento Político Pueblo Unido. No fue un tránsfuga ni un traidor a sus ideales como tantos falsos izquierdistas, hoy subidos al tren neoliberal, creyendo en un capitalismo democrático que no es sino la máscara de su senectud política y de su traición a los ideales y esperanzas de los desamparados. Se afirmó siempre en la utopía socialista y no desmayó en ese intento perseverante, pleno de fe en la posibilidad de arribar a un horizonte no lejano donde nuestra patria fuera un lugar de encuentro, de solidaridad, de fraternidad y de amor.

No le abandonó jamás el buen humor ni  la alegría, signos de su generosidad. Porque todo combatiente debe ser alegre, pues sabe que está echando las raíces del milenario y cósmico árbol de justicia plena. Tampoco dudó de la urgencia en el trabajo político: vivía animando a todos para no abandonar la tarea diaria ni menos edulcorar la pasión radical por una nueva democracia. Y así pasaron los años: construyendo, siempre junto al pueblo, pero a veces solitario, esa casa grande, ese sueño que lo alimentó sin tregua hasta el final.

Digo estas palabras para el amigo, para el camarada, para el hermano que partió sin avisar, como parten los que viven plenamente.  Y  las digo también para los que con humildad y con terca esperanza -  la más extraña de las virtudes- siguen tramitando los expedientes del amor que ha de presidir mañana la asamblea definitiva de los hombres libres e iguales.

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*Gustavo Benites Jara. Periodista. Profesor de Filosofía y Economía en la Universidad Nacional de Trujillo (Perú). Fundador y Primer Presidente del Frente Departamental de Escritores de La Libertad. Maestrías en Relaciones Económicas Internacionales y en Filosofía y Ciencia Política en la Universidad Mayor de San Andrés (La Paz - Bolivia), y estudios de Doctorado en Educación en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega de Lima. Autor de dos libros: TRÁNSITO: poesía (1998), y EL ANTIHUMANISMO NEOLIBERAL. EL INDIVIDUO COMO TOTALIDAD, ensayo político-económico-filosófico sobre el neoliberalismo (2000). Columnista del diario "El Correo" de Trujillo.

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