Libros de Cajamarca - 2004

 

Cuadro de texto: ALVÍTES MONCADA, Víctor Hugo, Chimbote, Fondo Editorial Intiwatana, 2004. 23 pp. (poesía).

 

 

 

 

 

PALABRAS SOBRE UNOS VERSOS QUE ENCARNAN MI VIDA

Heber Ocaña Granados *

Gracias a los mensajes permanentes de El Ornitorrinco supe de la existencia terrenal de un poemario de Víctor Hugo Alvítez** publicado en Chimbote, cuyo título me impactó en cuanto deposité mi mirada sobre las 16 letras que lo conforman: Árbol era esa mujer. “¡Mierda! –grité– qué buen título”. Desde ese momento ansié albergar en mis manos a “esa mujer que fue árbol”. La imaginé desprendiéndose de una alforja, tiñéndose con el color ancestral de San Miguel de Cajamarca, la tierra de su autor; me la figuré libre y soberana, desparramando en su andar hojas con silueta de cariño; imaginé el reino del matriarcado... todo fue imaginación. Un mes después, aquí en Madrid, pude tocar la pulpa de su vigor y la excelsa versatilidad con que se desplaza hacia mundos que anuncian que todo es posible “con sus veranos siempre florecientes”. La verdad, fueron dos los poemas que me impactaron en desmedro de mi alegría, porque más que nunca anhelé estar cerca de los míos, y me cayeron fatales los minutos de lectura. Aún así, el libro permaneció en mis manos. El tren hacia Fuenlabrada seguía su rumbo, unos bajaban otros subían, ¡qué mierda importaba!, estábamos los poemas y yo, solos, nadie más. En una suerte de rito, nos desnudamos, rezamos, nos acariciamos y lamimos de puro gusto y capricho. La verdad que sentí el placer de los versos y en ese momento saqué mis propias conclusiones: un buen poema es aquel que me hace reír a solas, me cosquillea el alma y provoca una carcajada “que me jode” (como dicen los españoles); pero un mal poema me pone serio, desganado, frío, un mal poema tartamudea hasta en la más celebrada palabra. Sin embargo, con los versos del poema “Árbol era esa mujer”, el que da título al libro, me reí a carcajadas porque sentí la finura del torso desnudo de mi esposa lejana, sus pechos equilibrados por la magnificencia de la naturaleza y que un día me los ofreció para enseñorearme con ellos y delirar en su olor de mujer mochica.

----------

(*) Heber Ocaña Granados (Huarmey, 1967), reside actualmente en Madrid, España, donde ha obtenido importantes reconocimientos por su poesía. Es autor de los poemarios Así hablan los vientos y Canción de los ancestros, entre otros, y de la antología narrativa Relatos de la bella Warmy.


HORNA CHÁVEZ, Jorge. En los labios de Celendín - Voces, sonidos, vocablos. Creaimagen Ediciones. Lima, 2004.

En el BlogSpot espinasdemaram2, comentan: "En los labios de Celendín, una investigación que recopila el léxico de origen quechua incorporado al habla cotidiana celendina, que en la actualidad tiende a extinguirse.Además el libro contiene construcciones sintácticas con la inclusión de ese vocabulario, y una muestra de poesía celendina que abarca desde Pedro Ortiz Montoya, seguido de Julio Garrido M., Marcial Silva Pinedo, Antonieta Inga, Julio Velásquez, Jorge Izquierdo, Elba del Carpio, Pompeyo Silva, Moisés Chávez V. y otros."

Jorge Horna, manifiesta: "Este trabajo no pretende ser un instrumento de consulta, pues carece de una investigación especializada sobre la etimología y evolución del léxico. Realmente está inspirado en una honda vocación de preservación de nuestras tradiciones y por un afán e inquietud de forjar una auténtica y colectiva personalidad local o regional inmersa en el desarrollo histórico de la nación."

Regresar