Libros de Cajamarca - 1981

 

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ALVA PLASENCIA, Juan Luis. San Ramón – Cajamarca 1831 - 1981. Primera edición 1981. 170 pág. 15.5 x 21.8 cm.

 

PRÓLOGO

Gracias Juan Luis Alva por este rasgo tan propio de tu recia personalidad, al pedirme que sea yo, tan modesto en el panorama de Cajamarca, quien rubrique la isagoge de esta bella producción de tu pluma. Gracias a ti puedo elevar mi palabra de laudo que será recogida a no dudarlo por Estentor y retumbarla en el Cumbe en eco sobrehumano de aquel tumulto de voces superiores que ha irradiado por 150 años el glorioso Colegio Nacional San Ramón Porque esta fecha es epónima. José Gálvez, el más insigne varón nacido en Cajamarca tuvo necesidad, casi biológica, de ascender a Tarma y en esa tierra, presenciar el nacimiento de su hijo mayor, Jo­sé Gálvez Moreno, y educarlo en San Ramón de Tarma, para que fuera, como lo fue éste años después, héroe nacional. Padre e hijo.

San Ramón fue la encarnación perfecta del pensamiento de De Mais tre: "La grandeza moral se aquilata por la energía para luchar contra los obstáculos sin perder la serenidad ante las fuerzas insuperables. Edifiquemos en la tierra movediza de la vida y que surjan obras que exigen la energía de las cosas eternas". Tal San Ramón. Tal aquella Universidad Menor que logró con su luces la admirable conjunción de la libertad y el orden Por eso fue inicialmente de "Ciencias y Artes" porque en el pensamiento de nuestros abuelos bullía el germen divino de la libertad que otorga como bien supremo el Arte, y el orden que es consubstancial con la Ciencia.

Y tal la razón por la cual el Colegio Nacional San Ramón -gracias, mil gracias, Mariscal Castilla- influyó tanto en la departamentalídad de Cajamarca, puesto que su insigne Rector Toribio Casanova se hizo eco de las corrientes filosóficas de la época. Pero lo que llama a la admiración en aquello de que lo que fue sustractum de pensamiento contemporáneo, en Europa y por lo tanto en Lima, en la docencia se ceñía al "impuesto del mar", pero San Ramón, más cabalmente desde cuando reabrió sus puertas, fue una luminaria del impuesto del Ande.

Ese grupo selecto que acompañó a Arbaiza, en su reapertura, y del que formaron parte Juan Pío de Burga, José del Carmen Urteaga, Se­gundo Sousa, Elíseo Pérez, Luis F. Bustamante, Manuel López Mejía y José Adolfo Veyret, asumió la tremenda responsabilidad de enseñar a la juventud cajamarquina la gran palabra de Ingenieros: "La gloria más que un privilegio es un derecho del hombre superior ("Al margen de la ciencia").

Había cumplido San Ramón con su palabra: Casanova y los suyos sembraron en el alma de Cajamarca los ideales de libertad, libre de terminación, orden y justicia, que vencieron a Echenique, y fueron el clan del pensamiento liberal de Castilla: por San Ramón, Cajamarca fue Departamento. Desde entonces ha quedado grabado en el espíritu nacional la señera e inobjetable expresión de "Vale un San Ramón", que se proyecta hasta San Marcos en cuyas aulas quedaban liberados del examen de ingreso, aquellos alumnos que provenían del más ilus­tre, docto y glorioso Plantel del Norte del Perú.

Con cuanta alegría a los camajarquinos de hoy, especialmente quie­nes hemos aprendido en sus aulas, podemos ver el pasado, sembrar en el presente y esperar ansiosos el porvenir. San Ramón había consolida do el espíritu, como diría Bergson, nos había dado el sentido del or­den, ese "vitalismo idealista" del que es exponente Ibérico, y que forma el nuevo hombre del Perú.

Levantaos Cajamarca: El Colegio Nacional San Ramón en su sesquicentenario ha regresado a sus lares: suenan las campanas a gloria, el pueblo vibra con Pascal: "Todo el bullicio que brota de la Humani­dad agitada en sus siglos de existencia, no es sino el murmullo de una espuma desvanecida en la playa o el aleteo de una mariposa abrasada por el Sol, o por el fuego de una lámpara votiva". (Pensamientos).

Gloria a ti San Ramón que encierras el alma de Cajamarca.

Lima, 1981

Carlos Burga LLarrea

 


 

PRESENTACIÓN

Nos sentimos orgullosos y altivos quienes ofrecemos este trabajo escrito. Porque nos honra usted con ser nuestro lector. Porque nos forjamos en el colegio " San Ramón " de Cajamarca. Centro educativo lleno de heroísmo y de gloria. Porque en “San Ramón” se educaron los Gálvez Egúsquiza, Mariano Ibérico, Miguel Iglesias. Porque San Ramón es faro, cuyas luces iluminaron e iluminan, son singular esplendor, al norte y oriente peruanos.

Quienes integramos la Promoción " Antonio Guillermo Urrelo ", 1934, disfrutamos de variados honores. El ya expresado. El haber sido protagonistas en las ceremonias del centenario del aludí do centro de estudios. Ocasión en la cual, a pesar de nuestra edad, principiaron ya a descollar algunos de nuestros condiscípulos. Pues cursábamos el segundo año de media.

Otro de los motivos de nuestro digno orgullo es el haber inicia do la celebración de las Bodas de Plata promocionales, cuyo ejemplo lo siguen desde entonces los ex-alumnos en la fecha que les corresponde. Y nuestro gozo es ahora desbordante, por haber fomentado el anhelo de: a) celebrar en la mejor forma el sesquicentenario del funcionamiento de “San Ramón", acontecímiento que se cumple el 8 de setiembre de 1981, y b) Restituir el local de ex-convento de La Recoleta para que siga allí funcionando nuestro colegio, ya que es de su propiedad, dada por ley del 12 de noviembre de 1829, dejando el local de Chontapaccha con el nombre del insigne ciudadano de América, José Gálvez Egúsquiza.

Precisa aclarar que no somos autores exclusivos de la iniciativa. Esta es un clamor de todo quien tuvo el privilegio de estudiar en el local de lo que es "el más grande conjunto arquitectónico colonial de la ciudad del Cumbe". Es un clamor de los cajamarquinos a nivel departamental y nacional. Prueba de ello son los memoriales, peticiones publicadas en periódicos y libros de variadas fecha. Pero sí cabe apuntar que fue nuestra promoción la que, en 1960, en el reencuentro después de 25 años, ingresó a ese inolvidable local, para recoger la floración de nuestra niñez y de nuestra juventud impregnada en los pétreos muros del monumental edificio. En aquella ocasión, Abel Contreras Leuthond, exclamando, dejó planteado el problema de rescatar el local para su legítimo dueño.

Resulta sumamente fuerte oponerse a la emoción. El corazón debe reinar fulgurantemente. En nosotros reina. Pero este reinado permanente es peligroso. O lo hace a uno elevarse sobre una nube vaporosa. O lo empuja al precipicio. Hemos evitado tales exageraciones, para:

1º.    Rendir un cálido y merecido homenaje a nuestro entrañable colegio, al cumplir el sesquicentenario de su apertura el 8 de setiembre de 1981, publicando este libro y de otras diversas manítestaciones.

2º.    Recopilar documentos que prueban y comprueban la trayectoria que ha seguido el indicado centro educativo. La suerte nos ha favorecido. De allá y de acá hemos recogido planta por planta. Gavilla por gavilla. La cosecha es incompleta. Habrá quien o quienes realicen la obra a cabalidad.

Por estrechez del espacio, no damos datos específicos sobre el origen de tal o cual documento. Sin embargo, dejamos constancia que de nuestras fuentes principales de consulta han sido re producidas facsimilarmente muchos documentos. Ellas son:

1º.    Colección de Leyes, Decretos y Ordenes, publicados en el Perú, desde el año 1821, hasta el 31 de diciembre de 1859. Reimpresa por orden de materias, por el Dr. D. Juan Oviedo - Abogado de los Tribunales de la República- Ministerio de Gobierno, Culto y Obras Públicas - Lima Felipe Bailly - Editor - Librería Central -Portal de Botone ros N° I96 – 1861.

2º.    Margesí de Bienes Nacionales - Por el Dr. Enrique Patrón -Abogado Fiscal - Lima- Empresa tipográfica “Unión”, Boza 873-1921.

3º.    Cajamarca – Apuntes para su Historia, por Horacio Villanueva Urteaga, Cuzco, 1975.

4º.    Historia de la República del Perú. Por Jorge Basadre. Editorial Universitaria. 1969.

5º.    Álbum de Oro - Monografía de Puno, por Samuel Frisancho Pineda. Editorial Los Andes 1968.

6º.    La Palanca " Cajamarca. Periódico de 1895.

7º.    Diccionario Enciclopédico del Perú, por Alberto Tauro. Editorial Mejía Baca - 1966.

Estuvimos en San Ramón hasta el año 1934. Vestíamos como uniforme diario, un mameluco color olivo. Traje de una sola pieza, apropiada para jugar variados chascos. El uniforme de parada fue el del soldado de tropa. Kepi. Polaca. Bandas apretando las pantorrillas. San Ramón en nuestra época, era centro educativo para pobres y ricos. Para hombres y mujeres. Para indios, cholos, mestizos y blancos. ¡Hermosa hermandad de hermanos!. Pasamos una época, en la que el Perú comenzó a despertar su conciencia de nación digna. Época de fuego y bravura. Época en que se aprendió a ser hombre. Dos veces hombre. Desde esos orígenes hemos llegado a estos años. Igualmente, borrascosos. Muchos han quedado en el camino. Los que su pervivimos seguimos dando nuestro tributo a la nación. Unos más. Los restantes, menos. Todos en el máximo de nuestro entusiasmo y esfuerzo. Lo seguimos haciendo. Porque queremos que San Ramón y el Perú se agiganten. Méritos sobran.

Nuestro deseo ferviente va más alía de apuntar hechos históricos, de sí valiosos. Va más por encima de dar expansión a nuestros sentimientos de gratitud al colegio que fue crisol de nuestra juventud. Esperamos se satisfaga el clamor colectivo de devolver el local de La Recoleta a su legítimo propietario. Mientras tanto, hacemos una pregunta ¿Por qué Cajamarca como ciudad y por qué las demás ciudades y pueblos del departamento no han progresado en la medida que sus recursos naturales y su potencial humano lo permiten?. De San Ramón egresaron estudiantes que ocuparon puestos cimeros en la vida política y en la administración pública del país. No pocos cajamarquinos a nivel departamental, han manejado al Perú. ¿Qué obras trascendentes han realizado en favor de sus lares?. En cambio, otros han aprovechado oportunidades para transformar y beneficiar al máximo a sus pueblos de origen. Aun levantando obras suntuosas innecesarias. Cajamarca es digna de mejor suerte. El pueblo cajamarquino es uno de los más patriotas. Lo fue siempre. Mantenemos la esperanza que los actuales y nuevos personajes y que las actuales promociones sanantoninas que van destacando se preocupen por servir a la "patria chica", con una tolerable dosis de regionalismo. Que su universidad reciba apoyo para mantener en primer plano a sus programas (facultades). Qué Se reabra la facultad de medicina. Los pueblos cajamarquinos necesitan ser electrificados. No solamente para disfrutar de luz, sino para instalar y propulsar industrias. Requieren asistencia técnica agropecuaria. Cajamarca implora porque los cajamarquinos vuelvan la mirada a sus valles ubérrimos y a sus cordilleras, en cuyas entrañas permanecen guardadas ingentes riquezas. Cumbe - Mayo sigue gritando su gigante grandeza. Esperamos que se le escuche. La provincia Cajamarca, quizá más que las restantes, carece de número suficiente de escuelas desparramadas en sus cerros, quebradas y punas. Allá están gruesos núcleos humanos segregados de la cultura. En situación humillada. Lastimera. Cajamarca necesita despertar para rendir pleitesía a sus hijos que sí la amaron. A sus hijos que le dieron gloria y dieron gloría al Perú. Una pequeña calle del villorio. Un busto en el pueblo apartado. Una plaza. Un camino. Una escuelita. Una institución cultural deben ser bautizados con los nombres de los brillantes olvidados. Seamos gratos con quienes nos dejaron una herencia de dicha.

Me vanaglorio decir, en nombre de la promoción " Antonio Guillermo Urrelo " - 1934:

¡Felicidades hermanos! ¡Gracias amables lectores!.

Lima, junio de 1981

Juan Luis Alva

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ALCALDE PALOMINO, Manuel. Para llegar al viento. Cajamarca. Edita Dirección de Proyección Social de la U.N.T. Imprenta Dirección de  Proyección Social  de la  U.N.T. 1ra. edic. 1981.

 PROLOGO

Manuel   Alcalde  Palomino,   postula   a  la  diversa   y  dispersa  poesía que escribimos los peruanos  con una  creación  que se garantiza en imágenes  y  lenguaje  de nitidez  y  reflexividad,  constituyendo  una  voz importante   en  la  novísima poesía  que  se  escribe  en Cajamarca. Su tonalidad  pareciera  un  mero  himno  de desencanto intimista   y  lugareño,  empero,  por  la  utilización adecuada de palabras andinas  y  la  capacidad  meditativa  expuesta  en  el mensaje sobrepasa  los límites  que a veces se encuentra  sometida toda obra  inicial. Este  breve  pero  valioso  poemario,  primigenia   obra del poeta, inicia la  certera  afirmación  de su decisión de estructurar  el sentimiento  a través  de la  palabra  estética  la que superado el entusiasmo con  creces, nos ha  de ofrecer  su firmeza  en  el oficio, sino  se cansa,  sino  descuida  su  creación.  Por  ahora, resalta  su habilidad para  medir  las figuras,  el sustancioso lirismo  que explaya.  Sus  versos  son  frescura  de  naturaleza. El subjetivismo particular  encontrará   en  cada  lector  el  suyo  propio.  Me  parece un  logrado  acierto.

Expresamos, como en Alcalde, la  reivindicación de la poesía que se escribe en provincias  y que  también es el Perú.

BETHOVEN  MEDINA  SÁNCHEZ

1ra. Mención Honrosa Especial

V  CONCURSO  ''EL POETA  JOVEN  DEL PERÚ"  (1980)

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